Un nuevo vuelo comercial hacia el aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires se preparaba desde el aeropuerto de Las Termas. En esa circunstancia, se realizó el escaneo del equipaje de bodega, ocasión en la que advirtieron la presencia de un arma de fuego. Los efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) determinaron que se trataba de un revólver, calibre 32 milímetros, y de doce municiones. El dueño del equipaje era un hombre de Costa Rica, quien visitó a una familiar en la ciudad turística. Tenía la documentación del arma de fuego, aunque desconocía la normativa del traslado.
El juez Federal Nº 2 de Santiago del Estero, Dr. Sebastián Argibay, ordenó el secuestro del revólver y que el pasajero siguiera en libertad.
