Con una actuación para el olvido, en un partido chato, aburrido y sin grandes emociones en las áreas, Central Córdoba perdió anoche 2-0 frente a Arsenal de Sarandí, que de esta manera logró la permanencia en la categoría y hundió en el descenso a Patronato de Paraná.
Facundo Kruspzky a los 14 minutos de la primera etapa y Sebastián Lomónaco, a los 6 del complemento, marcaron los goles del equipo de Leonardo Madelón.
El equipo de Abel Balbo, que jugó con mayoría de “suplentes”, dejó una imagen desteñida de lo que fue el “ferro” en el certamen.
Primer tiempo
Con el “muletto”, Central arrancó mal pisado en el campo de juego. En los primeros diez minutos no pasó la mitad de la cancha, ante un rival enjundioso.
En la primera que sorteó esa presión, el “ferro” fue a fondo.
A los 12, Gonzalo Ríos apareció solo por izquierda, pero se perdió increíblemente un mano a mano con el arquero Alejandro Medina. El exSan Lorenzo remató de zurda, mordido, ante la desesperada salida del golero de Arsenal. Dos minutos después, José Gómez bajó a Krupszky a 30 metros del arco, recostado por el sector derecho de la defensa visitante.
Precisamente, el “10” remató un tiro libre de esos denominados “envenenado”, esos que no son tocados por nadie, pero que sorprenden al arquero y se meten en el segundo palo. Así fue el gol de Arsenal, para ponerse en ventaja a los 14 minutos. De ahí en adelante, el partido se hizo friccionado, cortado, mal jugado. Central no tenía ideas ni juego. Claramente, varios jugadores sintieron la inactividad y la falta de ritmo.
A los 37 minutos, Gonzalo Ríos fue expulsado infantilmente en Central Córdoba por una falta sobre Chimino. Una reacción injustificada del jugador “ferroviario”, que no aprovechó ninguna de las oportunidades que le dieron a lo largo del campeonato. En esta ocasión, comprometió al equipo y lo obligó a jugar en inferioridad numérica el resto del juego.
Segundo tiempo
En el ST, con un hombre de más, Arsenal salió decidido a liquidar rápido el pleito. A los 4m, linda combinación en ataque, Ibáñez remató desde el borde del área, Toselli dio rebote y ahí estuvo Sebastián Lomónaco para establecer el 2-0.
Después de la segunda conquista, el partido se “planchó” aún más. Central Córdoba no podía generar absolutamente nada. Por impericia propia y por la inferioridad numérica, que obviamente lo limitó.
Y Arsenal, al ver la poca oposición que tenía enfrente, se dedicó a hacer pasar los minutos, ya que con la victoria consumaba el objetivo de la permanencia en Primera división.
Con el diario del lunes podríamos decir que “el plan” de Abel Balbo se cumplió a medias, ya que la idea era darle descanso a los “titulares” y esto, de alguna manera, se cumplió.
Obviamente que quedó en la columna del debe la actuación del equipo: flojísima, sin alma. Quedó claro que muchos de los que anoche jugaron no tienen nivel para estar en Primera. Balbo les dio la chance de “mostrarse”, pero ni eso hicieron.
