El último día escolar de la semana aparentaba ser un día más para una docente de una escuela céntrica de la ciudad de La Banda. Sin embargo, todo cambió cuando, en medio de la clase de Matemáticas, uno de los alumnos de diez años se levantó de su pupitre y se acercó a la maestra, tras lo cual dejó en su escritorio una hoja de cuaderno doblada; luego regresó a su banco.
Curiosa y sorprendida por la acción del estudiante, la docente abrió la hoja y advirtió que se trataba de una carta. “Maestra, ayúdeme por favor, mi mami me pegó con un palo”, decía el escrito realizado por el menor. La educadora se conmovió, pero siguió leyendo. “Le hablé sobre los derechos del niño, pero ella me dijo: ‘aaaa, vos te quieres hacer el grande? Y me volvió a pegar con una peineta dura”, decía la carta.
El alumno, además de contar por escrito el castigo sufrido, también dibujó la acción y un emoji con carita triste y lágrimas.
Después que culminó la clase, la docente se entrevistó con su alumno, quien le mostró lesiones visibles en el brazo izquierdo. En la charla, manifestó que no era la primera vez que lo golpeaba.
Posteriormente, la maestra se entrevistó con la madre del estudiante, quien reconoció haber agredido físicamente a su hijo, aunque fundamentó su acción. Le dijo a la docente que lo golpeó porque estaba agrediendo a su hermana menor.
La educadora se trasladó hasta la dependencia policial y expuso todo lo sucedido. Ante las preguntas de los investigadores, la docente calificó al niño como “tranquilo, subordinado y con falta de contención” en su familia.
El hecho fue informado al Ministerio Público Fiscal para profundizar la investigación, a fin de preservar la integridad física y psíquica del niño.
Asimismo, las autoridades educativas dieron intervención al gabinete psicopedagógico para contener emocionalmente al estudiante.
