Se trata del joven Ulises Moyano quien tenía tan solo 18 años. Había llegado a un comedor comunitario ubicado en el barrio Parque Ituzaingó, en el extremo sudeste de la ciudad de Córdoba. Estaba jugando con unos amigos con una tapa de un tacho de pintura que habían encontrado. Se lo estaban tirando como si fuese un frisbee.
Fue entonces cuando Ulises fue a buscar el objeto que había caído en la vereda de enfrente. En ese momento tocó un alambre electrificado y todo terminó en tragedia. El joven falleció por la gran descarga que sufrió. Pero lo que más preocupa a los vecinos es que no se trata del primer caso del año.
“Estaba jugando, esperando la comida”, lamentó la mamá de Ulises, Lorena Carballo, en diálogo con Cadena 3. Además, advirtió que es “una negligencia” de la que “nadie” se hace cargo y “se tiran la pelota unos a otros”.
Todo sucedió a metros del comedor comunitario “Esperanza y Vida”, que maneja Eva Almada, quien contó que “unos niños vinieron a buscar la comida en el comedor y se pusieron a jugar con unas tapas; de repente, vinieron gritando, diciendo que le había agarrado la corriente a uno de ellos”.
El lugar donde estaba el alambre electrificado que causó la muerte de Ulises pertenece al Sindicato Único de Recolectores de Residuos y Barrido de Córdoba (Surrbac). Era en un lugar donde había un poste de luz con la caja descubierta y a menos de medio metro del suelo, en la vereda del predio del club Amsurrbac,
En la cuneta había un gran charco de aguas servidas provenientes de la planta cloacal de barrio Ciudad de Mis Sueños. “Nadie vino a golpear la puerta, a decir ‘me voy hacer cargo porque es el predio mío’. Nadie me va a devolver la vida de mi hijo, ayer (por el domingo) enterré a mi hijo, no voy a dejar este caso hasta que aparezca un culpable”, sostuvo Carballo. La causa está siendo investigada por el fiscal Luis Micheli.
