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El Mundo #EsteJueves

Boris Johnson renunció como primer ministro del Reino Unido

El mandatario hizo una declaración al país este jueves. El líder conservador quiere permanecer en su puesto hasta que haya un reemplazante.

Boris Johnson renunció el jueves como primer ministro del Reino Unido, después de tres tumultuosos años en el cargo marcados por el Brexit, el covid y los crecientes escándalos.

 

Johnson, de 58 años, anunció que dejaría el cargo de líder del Partido Conservador después de una serie de renuncias esta semana de su equipo principal en protesta por su liderazgo, pero que permanecería como primer ministro hasta que se encuentre un reemplazo.

 

“Claramente la voluntad del partido conservador es que debe haber un nuevo primer ministro”, dijo Johnson en una declaración al país. El proceso para elegir un nuevo líder, agregó, “tiene que empezar ahora”.

 

Johnson ha manifestado su disposición a abandonar el cargo ante el aumento de la presión sobre él durante los últimos días, tras lo que se abrirá una carrera por la sucesión entre los tories de cara a la conferencia del partido en octubre, cuando la persona elegida le sustituiría como primer ministro.

 

El premier dijo que se sentía “inmensamente orgulloso” por los logros de su Gobierno, como el Brexit, la crisis de la pandemia y hacer frente a la agresión rusa en Ucrania.

 

La renuncia llega después que a primera hora de este jueves dimitieron el ministro británico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, y varios secretarios de Estado, con lo que son ya 59 los cargos que han abandonado el Ejecutivo desde el martes. También ha presentado su dimisión la ‘número dos’ del Partido Conservador, Caroline Johnson.

 

El nuevo titular de Finanzas, Nadhim Zahawi, nombró el martes cuando Rishi Sunak anunció estrepitosamente su dimisión iniciando la peor crisis que haya vivido hasta ahora Johnson, se sumó el jueves a quienes pidieron al primer ministro que se fuera tras haber perdido el respaldo de su formación entre crecientes escándalos.

 

“Sabe en su corazón qué es lo correcto, váyase ahora”, escribió en una carta publicada en Twitter.

 

Michelle Donelan, nombrada el martes en la cartera de Educación para reemplazar a Zahawi, presentó su dimisión este jueves, apenas dos días después.

 

También lo hizo en la misma jornada el ministro para Irlanda del Norte, el hasta ahora leal Brandon Lewis, sumando más de 50 renuncias en el ejecutivo desde la de Sunak y el ministro de Sanidad, Sajid Javid, el martes por la tarde.

 

“Un gobierno decente y responsable se basa en la honestidad, la integridad y el respeto mutuo”, afirmó Lewis. “Lamento profundamente tener que dejar el gobierno porque creo que estos valores ya no se respetan”, agregó.

 

La resistencia de Johnson

 

Mostrando que no quería irse sin dar batalla, Johnson había destituido el miércoles por la noche al ministro de Vivienda y Gobierno Local, Michael Gove, su mano derecha en la campaña de 2016 por el Brexit, que le pidió renunciar por el bien del partido y del país.

 

A última hora de la tarde del miércoles, un grupo de fieles colaboradores, entre ellos la ministra del Interior Priti Patel, había ido a Downing Street para pedirle que aceptara que, sin el apoyo de la formación, ya no podía seguir.

 

Según el diario The Sun, Johnson le dijo a sus colegas que tendrían que mancharse “de sangre las manos” para sacarlo del cargo.

 

Pero el jueves por la mañana, las portadas de la prensa británica destacaron la situación insostenible en que se encontró el jefe del gobierno.

 

El Daily Express, diario favorable a los conservadores, se refirió a la “última batalla” de Johnson y el Daily Telegraph concluyó que el primer ministro estaba “herido de muerte”.

 

El voto de censura

 

El primer ministro sobrevivió a principios de junio a un voto de censura de sus propios diputados, lanzado en un intento de bajarlo del poder.

 

Apoyado por 211 de sus 359 legisladores, salvó el puesto, pero los 148 votos en su contra hicieron patente que el descontento no dejaba crecer.

 

Las normas del partido establecen que este procedimiento no se puede repetir durante el próximo año. Pero muchos pedían un cambio para volver a intentar inmediatamente otra maniobra contra Johnson.

 

Desde el denominado “partygate” -el escándalo por las fiestas organizadas en Downing Street durante los confinamientos de 2020 y 2021-, hasta la irregular financiación de la lujosa reforma de su residencia oficial, pasando por alegatos de amiguismo, los escándalos en torno a Johnson se multiplican.

 

Campeón de las legislativas de 2019, cuando vio la más importante mayoría conservadora en décadas gracias a la promesa de realizar el Brexit, el primer ministro cae ahora en picado en las encuestas.

 

Según los sondeos, una mayoría de británicos lo considera un “mentiroso”.

 

Va a ser investigado por una comisión parlamentaria para determinar si engañó a sabiendas a los diputados cuando en diciembre negó la celebración de fiestas que violaban la legislación anticovid.

 

Y el hecho de que afirmara desconocer las evidencias contra Pincher, cuando muchos aseguraran lo contrario, y acabara reconociendo su “olvido”, refuerza las evidencias de que el primer ministro juega con la verdad.

 

Recientes reveses electorales, los últimos el 23 de junio, en dos legislativos parciales, han convencido de un creciente número de rebeldes en el Partido Conservador de que Johnson ya no puede liderarlos hacia unas nuevas elecciones generales en 2024.

 

 

Boris Johnson
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