Miguel Ángel Rojas, más conocido como “Don Miguel”, sin lugar a dudas quedará en el recuerdo de muchos santiagueños quienes lo conocieron vendiendo sus famosos pebetes y productos panificados en el centro de la ciudad.
Al respecto, su hija Florencia Rojas, en charlas con Nuevo Diario comentó que, “‘Don Miguel’ vino desde Tucumán en busca de trabajo para poder darle una mejor vida a toda su familia. En sus inicios, comenzó vendiendo masitas hojaldradas por las peatonales, plazas y centro de la ciudad. A su vez, quiso darle un “toque” especial a su trabajo por lo que decidió usar su típica vestimenta que lo distinguía y caracterizaba (camisa blanca, moño, pantalón de vestir, chaleco y zapatos).
Florencia expresó que para él, su imagen era muy importante a la hora de vender, por lo que nunca salía sin su uniforme y terminó adoptando la peatonal Absalón Rojas como su puesto fijo de trabajo. Con el tiempo, “Don Miguel” fue haciéndose conocido por los santiagueños, no solo por su carisma y respeto para con la gente, sino también por los ricos productos elaborados por él mismo. Además, al hacerse de su propia reputación, comenzó a asistir a las ferias, La Salamanca y cumpleaños de Santiago, donde sus tortuguitas, pebetes, facturas, roscas y tortas gigantes eran los más solicitados.
Florencia manifestó que siente una gran admiración por él y un orgullo muy grande de ser su hija, indicando que le dejó valores muy nobles y honestos.
