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Opinión #Opinión

Un Avión y las preguntas que nadie hace

Muchas dudas sobre un viaje con que levanta sospechas de presuntas actividades terroristas, golpea a la Argentina. A la hora de leer y escuchar todo lo que se informa, cabe preguntarse qué es lo que se nos está escapando.

Por Flavio Goldvaser. - Las relaciones internacionales no siempre son lineales y simples, existiendo entre los gobiernos diversas formas de relacionarse; más cuando se trata de países conflictivos o acusados de constituir una amenaza para sus vecinos. Argentina ya ha tratado de jugar este juego en varias oportunidades y siempre con el mismo resultado: un desastre de política interna e internacional, con grandes y negativas repercusiones. 

Así podemos citar y sólo como ejemplo los casos de la provisión de armas a Croacia y Ecuador en la década del ’90 que terminaron en grandes escándalos. En estos casos no podemos ser inocentes y pensar que sólo se trató de operaciones unilaterales sin por lo menos la anuencia cómplice de otros países, lo que vulgarmente se llama mirar para otro lado”.

Como ejemplo del complicado ajedrez con estos países, recomendamos la lectura de los artículos publicados en este medio sobre las negociaciones entre USA e Irán en relación a la cuestión nuclear; pero volviendo a nuestro avión:

¿Qué sabemos sobre este vuelo realizado por la Empresa gubernamental Venezolana  “Emtrasur Cargo” el 6 de junio de 2022 cuyo destino final era Argentina? 

¿Existe algún nivel de amenaza a la seguridad interna de la República Argentina? 

¿Dónde deberían, a nuestro entender, centrarse las investigaciones para tratar de dilucidar este Nudo Gordiano?

Dilucidemos por partes:

¿Cómo un avión iraní sancionado (si, el aparato en si estaba sancionado) terminó operado por Venezuela?

A fines del año 2021 la compañía estatal Venezolana Conviasa anunciaba sus intenciones de entrar al negocio internacional de cargas y creó para ello una subsidiaria llamada “Emtrasur Cargo” anunciando la compra de su primer avión, un Boeing 747-300M, anteriormente operado por la Iraní “Mahan Air”.

Originalmente este avión estuvo en servicio en Francia con matrícula F-GETA y fue retirado del servicio en 2006, al año siguiente fue comprada por Mahan Air, bajo una nueva matrícula: EP-MND. En el año 2012 en el transcurso de su servicio en Irán, Estados Unidos sancionó tanto a la empresa como a la aeronave al considerarlas un instrumento utilizado por las Guardias Revolucionarias de Irán (IRGC) para la propagación del terrorismo internacional al transportar armamentos y armas destrucción masiva para el desarrollo del programa nuclear iraní. La empresa ya había sido sancionada por la ONU a través de las resoluciones del Consejo de Seguridad, por violar las Resoluciones n°1747 (2007), n°1929 (2010). Posteriormente fue nuevamente sancionada por el mismo organismo por violar la resolución n° 2105 (2013).

Luego, a principios de 2022 y como parte de la alianza estratégica entre Irán y Venezuela, este último país incorporó como ya dijimos, este 747-300. Debido a que cambió de titular y país, también se cambió su matrícula internacional que pasó a ser YV3531. 

Entonces tenemos: hasta 2006 Nacionalidad Francesa, luego Iraní (donde fue sancionado repetidas veces tanto por USA como por la ONU y en 2022 pasa a manos de Venezuela. 

Y hasta el 2006 Matricula F-GETA, luego EP-MND y finalmente YV3531.

¿Cuáles fueron los últimos vuelos de nuestro avión?

Según información que hemos podido corroborar en forma fehaciente, el plan de vuelo que siguió este avión se originó el día 4 de junio en Caracas. Se detuvo en la Ciudad de Querétaro, México, donde cargó autopartes destinadas a una empresa internacional en Argentina, llegando a este país el 6 de junio. 

Según los datos informados por algunos medios de prensa sobre un posible desvío del vuelo y una escala técnica en Paraguay, no tenemos corroborada esta situación aunque creemos que existiría una confusión en referencia a este particular, ya que se estaría confundiendo con a un vuelo que realizó la aeronave en el mes de mayo del 2022 con la misma tripulación para transportar cigarrillos a Aruba.

El viaje que sí realizó con anterioridad al de México y que debería por lo menos llamarnos la atención fue el realizado entre el 22 y 24 de mayo del presente al aeropuerto internacional de Teherán, retornando a Caracas dos días después. 

La pregunta incomoda que nadie hace:

Debemos hacernos esta pregunta y no para excusar a la Argentina: ¿Si ya todos los países sabían de estos impedimentos, porque no se lo detuvo en México o anteriormente en Paraguay o en Aruba?

Si pudieron volar por todos lados es porque alguien le cargó combustible. ¿Sin que ninguna agencia internacional de Estados Unidos protestara?

Estas preguntas, que pueden resultar obvias y aun no tiene respuestas, hubiesen hecho que el avión nunca llegué a la Argentina.

¿Por qué es significativo ese vuelo a Teherán?

En Teherán existen dos aeropuertos internacionales que son utilizados tanto para uso civil como para actividades militares.

El primero y más transitado es el de Mehrabad, en el que además de tener su asiento una base de la Fuerza Aérea militar iraní, se encuentran una base de la Guardia Revolucionaria y una unidad de tareas especiales de transferencia de armas de la Fuerza Quds. 

El segundo es el aeropuerto Imam Khomeini que también se utilizaría para la transferencia al extranjero de cargamentos de armas.

Según fuentes consultadas, estas transferencias de armas serían realizadas por tripulaciones de vuelo experimentadas en aviones del tipo Boeing 747 y 707, con experiencia militar y que fueron transferidos para servir como pilotos de aerolíneas civiles de cobertura de operaciones especiales como Mahan Air. (hay otras más; pero evitamos mencionarlas para no confundir con tantos datos).

¿Quiénes son los iraníes que iban en el vuelo que llegó Argentina y por qué es relevante su identificación y la de los tripulantes del vuelo?

Si bien es posible que el exceso de tripulación, que de por si resulta extraño, podría explicarse en el hecho de que estos estarían dando instrucción de vuelo a sus contrapartes venezolanos, esto no explicaría la ausencia en la declaración de la nómina de todos los miembros del pasaje y al hecho que se hayan apagado los localizadores que impedían saber el origen y destino del vuelo. A menos que haya querido ocultar algo.

Agregando aún más dudas sobre quienes participaban en el vuelo, encontramos el nombre del Capitán Golamerza Kazhami, quien posiblemente fuera identificado ya en el año 2017 como presidente de la junta directiva de Kashem Air Fares. (Otra empresa sancionada en su momento).

Según fuentes de inteligencia occidentales, el Capitán Kazhami operaba aviones de carga Boeing 747 para llevar a cabo misiones a favor de la Guardia Revolucionaria como miembro de la Unidad 190 de la Fuerza Quds. 

Y lo que nadie menciona…

¿A qué se dedica la Unidad 190 y por qué debemos aumentar los signos de alarma sobre sus operaciones?

Una de las principales actividades de esta unidad es la transferencia y contrabando de armamento a organizaciones y grupos armados de acuerdo con los intereses de Irán a efectos de exportar la Revolución Islámica al mundo.

Como parte de su cobertura, la Unidad 190 utilizaría varias formas para ocultar sus envíos ilegales a fin de evitar que sean descubiertos o que si fueran interceptados, no sea posible probar la conexión con Irán.

En todos los envíos incautados en diversos países, el método más comúnmente usado fue  el uso del transporte civil entre los que se incluyen aviones.  Para estos envíos siempre se usaron triangulaciones con países amigos a fin de disimular la conexión iraní.

Las transferencias comprendían armamentos de fabricación extranjera para que así tampoco se pueda identificar a Irán en la participación de los ataques u operaciones militares en los países victimas.

Las armas o materiales contrabandeados se encontraron siempre camuflados dentro del contenedor general de carga registrado legalmente como “envío de ayuda humanitaria”: equipos de construcción, plásticos, leche en polvo o repuestos para automotores.

Para que le sea claro al lector: las armas se colocaban dentro de toneladas de mercaderías, desarmados a fin de evitar accidentes y bajo el mismo tipo de empaquetado que la carga inocua, lo que dificulta la posibilidad de detección, a menos que se revise en forma exhaustiva toda la carga.

Hasta aquí hemos tratado de resumir las preocupaciones más inmediatas que deberían ser consideradas no sólo por la Argentina; sino por toda la región y en particular por los países donde este avión pudo detenerse. 

A modo de ejercicio podríamos preguntarnos, si la policía encuentra a un supuesto terrorista y se sabe que tenía un bolso: ¿En qué tenemos que centrarnos, en la persona o también en el bolso que tenía? Sino dejaríamos que un medio de prueba muy importante se pierda en un agujero negro del que nunca más tendríamos noticias. ¿O no?

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