El papa Francisco dijo ayer que tiene “el corazón roto” tras la matanza en una escuela primaria de Texas que dejó 22 muertos, incluyendo al agresor, y denunció el comercio “incontrolado” de armas.
“Rezo por los niños y por los adultos muertos y por sus familias”, dijo el Papa en el Vaticano.
“Es hora de decir ‘basta’ al tráfico incontrolado de armas”, agregó, según informó la agencia de noticias AFP.
La mayoría de los menores fallecidos tenían 9 ó 10 años, ya que cursaban el cuarto grado del centro escolar.