El 22 de agosto de 2008 Matías Repossi, un adolescente de 16 años, fue a visitar a su pequeña hija a la casa de su exnovia, pero apenas llegó lo atacaron entre cuatro jóvenes, lo ataron a un sillón y lo apuñalaron 52 veces con cuchillos y destornilladores.
Por el brutal crimen del adolescente juzgaron a cinco personas: tres fueron condenados como "coautores" del delito de "homicidio calificado por ensañamiento, alevosía y la premeditación de dos o más personas" y siguen presos.
Los otros dos, su expareja -mamá de la hija- y el nuevo novio de la joven, fueron beneficiados con una reducción de la pena por ser menores de edad al momento del hecho y actualmente están libres, publicó TN.
Desde los 13, Matías estaba de novio con C. Tres años más tarde ella quedó embarazada. Una pelea de la chica con la suegra hizo finalizar abruptamente la relación.
Durante un año, Matías se desvivió por tener contacto con la bebé. Ella ya estaba en pareja y el muchacho celoso del padre de la criatura organizó una emboscada contra el adolescente. Lo patotearon entre tres, salió golpeado pero sobrevivió.
Pero hubo un segundo episodio violento. El novio de la chica lo estaba esperando con los mismos tres amigos que la vez anterior: lo ataron, lo torturaron y lo asesinaron con medio centenar de puñaladas. Según determinó la Justicia, la joven colaboró para deshacerse del cuerpo. Aportó tres bolsas de plástico con las que envolvieron al padre de su hija y después lo abandonaron junto al cordón de una vereda.
