El dueño de casa saltó al campo con la idea de asfixiar al Millonario, a no dejarlo pensar. Y el plan fue acompañado por un gol tempranero: a los 3 minutos, Fortaleza edificó una pared a espaldas del Yacaré Herrera, Lucas Crispim habilitó a Silvio Romero, y el argentino firmó el 1-0. Los minutos siguientes fueron de incomodidad para la visita, a la que le costó hacer pie. Pero la sensación permanente marcaba que, una vez que lograra superar la línea de pressing, River podía encontrar oro.
Y lo halló a los 13, cuando Enzo Fernández soltó un balón en cortada para la diagonal de Tomás Pochettino, quien cuando quedaba mano a mano recibió una infracción. El propio Enzo, a los 16, ejecutó con pericia la oportunidad desde los 12 pasos y apuntó el 1-1.
Allí hubo un reverdecer de la Banda, con minutos de tenencia y la postura habitual. Pero ya sea con balones largos o jugando a espaldas del doble cinco, o usufructuando las bandas, Fortaleza hizo sufrir a River. Y convirtió en figura a Franco Armani, quien tapó cuatro chances clarísimas de gol, dos a Lucas Lima. Él, Lucas Crispim y Romero, con su movilidad e inteligencia, hallaron los espacios para lastimar al elenco de Gallardo como pocas veces en el último tiempo.
En el ida y vuelta vertiginoso, River también llegó. Lo tuvo Barco a los 28, entrando por la izquierda, pero su intento se fue desviado.
River logró bajarle el ritmo al partido en el segundo tiempo. El local ya no tuvo la energía como para sostener la presión al nivel de la etapa inicial y de a poco el visitante se fue encontrando. Así, de a poco, el elenco argentino consiguió llegar al arco contrario.
A los 15 minutos lo tuvo Pochettino. A los 20, De la Cruz armó una pared y la terminó con un remate cruzado al cuerpo del portero. A los 23, un cabezazo de Paulo Díaz quedó en el techo del arco. Fortaleza obtuvo un segundo aire con las entradas de Depietri y Kaiser.
El árbitro omitió un penal de Martínez al citado Kayser y Depietri, tras cesión del atacante, quedó cara a cara con Armani e intentó picarle el balón, pero el guardameta fue veloz y no le dejó espacio.
