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Opinión #Opinión

¿Los halcones vuelan más alto?

En política, construir coartadas parece ser fundamental.

Primer acto: Cristina recibe al nuevo embajador de los EE.UU. en su despacho, se prodigan buena onda y se sacan una foto donde no se ve la bandera del país extranjero (seguro debió estar por protocolo, pero no se vio).

 

Segundo acto: Cristina recibe a la nueva jefa del estratégico Comando Sur de los EE.UU. Laura Richardson es la primera mujer en ocupar ese cargo. En la foto que se distribuyó, tampoco aparece la bandera del país de la invitada. Lo otro inusual es que una autoridad militar extranjera sea recibida por la número 2 institucional de la nación anfitriona. Seguro debe haber influido el tema de género, aunque no solo eso.

 

Pero cómo ¿no era que los EE.UU. desconfían de CFK luego del famoso episodio del alicate de 2011, entre otras cosas? Lo primero que debe decirse es que no existe un solo EE.UU., sino dependiendo de los intereses prioritarios de cada área. Así el Departamento del Tesoro no es lo mismo que el Departamento de Estado, ni que el Pentágono (su ministerio de defensa). Por lo tanto, a veces hay conflictos con una agencia, mientras que en otras el nivel de cooperación hace que anden a los besos y los abrazos. No todo lo que se ve en la superficie es tal cual. 

 

La segunda cuestión es que de este modo a Cristina no se le podrían criticar malos modales: ¡si hasta recibe a una autoridad militar extranjera, lo que es poco usual! Algo así como: “para que después no anden diciendo que trato mal a los gringos”. En política, construir coartadas es fundamental. Además, Ella podría alegar que “Kirchner —su marido— decía ‘no escuchen lo que digo, miren lo que hago’”.

 

La tercera cuestión, y acá viene lo importante, Cristina no tiene estos gestos solo por buena onda o cuestiones protocolares. Ha pasado por alto los protocolos en más de una oportunidad si lo necesita o lo quiere hacer (este es uno de los secretos de su liderazgo desenfadado). Entonces ¿por qué hace todo esto? ¿Qué relación estará construyendo entre bambalinas con la capital del imperio? ¿Es puro coqueteo o hay algo más profundo y de largo plazo? ¿Con estos gestos no contradice su posicionamiento crítico de la globalización y el poder americano? ¿Qué pensará Putin de estas fotos que se saca CFK con los yanquis?

 

Cuando Menem presionaba en 1993 por una reforma constitucional que le permitiera su reelección —de hecho logró una media aprobación en el Senado— Alfonsín se manifestaba internamente como el más recalcitrante opositor y el gran guardián institucional. Se vistió de halcón y profesaba el “que se rompa pero que no se doble”, frente a las sugerencias de negociación de algunos correligionarios. ¿Qué pasó? Pasó que él, como máximo halcón, fue el que negoció el Pacto de Olivos y así el negocio político lo tuvo a él como gran protagonista, mientras mandaba a sus capitanes a dar la vida por defender colinas irrelevantes.

 

Algunos memoriosos recuerdan que cuando se firmaron los acuerdos de Camp David que estableció la paz entre Egipto e Israel, entre Sadat y Beguín también fue entre dos halcones, que luego pagaron sus consecuencias. Esto lleva a que se hayan escrito varios artículos sobre diversos procesos de paz que indicaría que “la paz la hacen los halcones”. 

 

Espere, espere Fara! ¿Ud. quiere decir que Cristina tensa la cuerda con los yanquis, para llegar a un acuerdo por sus propios vehículos, aun después de movilizarse en contra del acuerdo con el FMI? Eso no tiene sentido! Es verdad, aparentemente no tiene sentido. La pregunta que uno podría hacerse es ¿acaso juega en contra del acuerdo porque no lo hizo Ella? ¿Por qué Alberto repite en su intimidad que lo que está haciendo Ella no es lo que conversaron oportunamente cuando llegaron a un acuerdo político? (conversación sobre la que nunca sabremos todo lo que se dijeron y lo que no se dijeron deliberadamente).

 

Pues, que no llame tanto la atención. Cristina puede carecer de muchas virtudes, pero seguro no le falta astucia y capacidad de sorpresa. ¿Pero cómo sería ese acuerdo, de qué se trataría? Eso es poco importante por ahora. ¿Acaso Ella no se estuvo subiendo el precio sistemáticamente mostrándose como amiga de Putin, para obtener algo conveniente de los gringos? En un país donde ya nadie quiere la vacuna Sputnik —¿qué hará con semejante inversión Laboratorios Richmond?— todo es posible. ¿Acaso Biden no ordenó abrir una vía de negociación con el régimen de Maduro por la provisión de petróleo? ¿Por qué no habría de sorprender también con una negociación con Cristina? Los yanquis, al igual que Ella, también pueden carecer de muchas virtudes, pero seguro no les falta astucia y capacidad de sorpresa.

 

Una última apostilla: esta lógica de halcones que tensan para ser ellos los protagonistas de un arreglo ¿se podría aplicar también a Juntos por el Cambio? Les dejo la inquietud para otra nota.

 

PD: por honestidad intelectual debo decir que estas columnas no se escriben solo por la capacidad analítica o la imaginación del autor. Son fruto de conversaciones que se van hilando a lo largo del tiempo, no solo de los días previos. En este caso debo agradecer la suma de inspiraciones que me provocaron Lourdes Puente, Emilio Perina, Fernando Mauri, y por supuesto las largas conversaciones con Luis Pico Estrada, fuente de sabiduría eterna.

 

 

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