Ayer comenzó la Semana Santa, donde los católicos celebran actos mediante procesiones para escenificar la Pasión de Cristo y su sufrimiento, previo a la Pascua de Resurrección. Entre uno de los sacrificios que se realizan durante esta semana, está el de no consumir carnes, excepto las de pescado, esto simboliza el autosacrificio.
También significa un impacto en el bolsillo de las personas, aunque el pescado suele ser una de las opciones más económicas en comparación con las carnes rojas, se vio un incremento en su precio durante el último tiempo.
Nuevo Diario realizó un relevamiento en distintos comercios de la ciudad Capital para saber el precio del pescado en comparación con la carne roja y la de pollo.
En este sentido, se constató que el kilo de merluza cuesta $ 800, que es la más consumida durante esta semana e incluso en las semanas previas donde los clientes preferían “asegurarse“ su compra y congelar los productos en su casa, según contaron desde un comercio. Dentro de la misma línea, el precio de los medallones rebozados tiene el mismo valor $ 800 y es una de las opciones que más se eligen a la hora de pensar en los niños que muchas veces no quieren consumir merluza.
Por otra parte, el precio del kilo de pollo está a $ 330, pero desde los comercios informaron que la venta del mismo fue menor en comparación con otras semanas, donde es una de las opciones más requeridas por los clientes, al tratarse de la más económica.
Finalmente, el precio de la carne roja es de $ 800 dentro de las más económicas como el blando común o la pala, por otra parte, una carne de primera calidad como lomo o filet cuesta $ 1.250 el kilo, y la más comprada es la nalga que cuesta $ 1.150. Pese a la Semana Santa, la carne roja sigue siendo uno de los alimentos que más se consumen por quienes no forman parte de la religión católica y no siguen las tradiciones de la misma.
Quienes sí lo son optan por la opción del pescado en su variante más tradicional de Semana Santa, que es el filet de merluza al cual lo compran ya rebozado y listo para consumir o prefieren realizarlo ellos mismos.
Además, esta última opción continúa siendo la más económica.
