Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Opinión #Opinión

La Guerra y la Fake

La guerra en Ucrania está dejando una estela de muerte y destrucción; pero hay otra víctima que hace a este conflicto más peligroso aún. Esa víctima es la verdad.

En su momento el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov dijo: “Tus suposiciones son tus ventanas al mundo, límpialas de vez en cuando. O no entrará la luz”.

Y es que en esta guerra, luego de transcurrido casi un mes podemos observar a ambos bandos tratando de hacer uso de noticias falsas (fake news), operaciones de prensa, guerra psicológica, llamados a los sentimientos nacionalistas y cuanto recurso publicitario-comunicacional esté al alcance para volcar a su favor la voluntad internacional o encontrar nuevos adeptos que levanten las banderas de apoyo a “su” guerra.

 

 

Podemos decir que esto se debe en parte a que las mismas predicciones, lanzadas por los medios horas antes de que se inicie el conflicto, hablaban de una derrota cierta de Ucrania en no más de 72 horas. Esta suposición que como hoy sabemos resultó falsa, se tomó por real tanto así que el Presidente Joe Biden de Estados Unidos en la primera llamada con su homólogo ucraniano V. Zelenski, le ofreció un helicóptero para que pueda huir a salvo. La respuesta por parte del presidente Ucraniano fue que no necesitaba helicópteros para escaparse; sino armas para poder combatir. 

 

 

Predicciones erróneas, incremento de las operaciones militares y destrucción general se suman a la dispar efectividad en el desempeño de las tropas que vemos en el campo de batalla lo que acelera el uso de prácticas engañosas del tipo que comentamos arriba, las que también se ven acompañadas de las llamadas “operaciones de falsa bandera”. Esto es debido a que aunque las tropas ucranianas están empeñadas en una defensa heroica de su territorio, la situación parece cada vez más desesperada para estos, que apuestan a una intervención de occidente que las salve de una catástrofe que con el paso de los días parece cada vez más cercana.

 

 

Mientras que por el otro lado las tropas rusas debido a desaciertos de sus generales, falta de coordinación, graves problemas de abastecimiento y falta de estrategias adecuadas, están comenzando a sentir el peso de las batallas. Y buscan opciones que involucren a sus aliados y quizá también utilizar medios no convencionales para terminar este conflicto lo antes posible. 

 

 

Hasta dónde están dispuestos ambos contendientes a correr el riesgo de que el conflicto entre en una etapa de internacionalización derivando en una guerra europea es una pregunta que está abierta y que los servicios de inteligencia están observando con mucha preocupación.

 

 

En la antigüedad estas operaciones se veían como una picardía para hacer caer al enemigo en una trampa o emboscada, pudiendo encontrarse ejemplos notables en las formas de combatir de los barcos piratas. Estos hacían flamear banderas falsas para confundir a sus enemigos, los que no se daban por alerta hasta que era ya muy tarde y no podían corregir este mortal error.

 

 

El arte de la falsa bandera fue evolucionando y hoy podemos decir que estas tácticas se usan entre otras cosas, para hacer creer a un país que fue atacado por otro que no tuvo nada que ver y ser acarreado a una guerra injustificada. Para dar un ejemplo en relación a este conflicto, nos podemos remitir al día 11 de marzo, fecha en que Ucrania denunció aportando filmaciones, que supuestamente dos aviones de combate rusos despegaron del aeródromo de Dubrovitsa en Bielorrusia e ingresaron a su territorio sobrevolando en círculos durante un tiempo para luego atacar un pueblo bielorruso fronterizo, casualmente en momentos en que los presidentes Putin de Rusia y Lucaschenko de Bielorrusia se encontraban reunidos, generando un casus belli (una provocación que puede llevar a un conflicto) que podría llevar a este último país al combate.

 

 

El Ministerio de Defensa de Bielorrusia en un comunicado oficial negó que su territorio haya sido bombardeado por aviones ucranianos, con lo cual esta presunta operación quedo totalmente desarticulada en una clara demostración de que el comando militar de Bielorrusia está a toda costa tratando de evitar participar en esta guerra altamente impopular en su país. Guerra que ha provocado la deserción y abandono de posiciones por parte de militares que se niegan a tomar las armas contra sus vecinos, pidiendo vacaciones o declarándose enfermos.

 

 

Otro ejemplo de desinformación y guerra psicológica lo podemos encontrar en declaraciones vertidas a través de medios sociales afines a Rusia que decían que las Brigadas Azov que combaten en el sur de Ucrania habían asesinado a más de 200 civiles inocentes en la ciudad de Mariúpol por no estar de acuerdo con la guerra, lo que fue refutado por los periodistas acreditados en el lugar.

 

 

Por otro lado, Ucrania tampoco ha escatimado esfuerzos en esta competencia por el control de la desinformación pudiéndose encontrar un ejemplo de ello cuando el 9 de marzo Dmitro Kuleba, El Ministro de Relaciones Exteriores, aseguraba al mundo que todos nos encontrábamos frente a un holocausto nuclear generado por Rusia debido a que los generadores diésel de la Central Nuclear de Chernóbil, que había sido recientemente capturada, sólo tenían una capacidad de reserva de 48 horas para alimentar el reactor nuclear y que después de eso los sistemas de enfriamiento de la instalación se detendrían, haciendo inminentes las fugas de radiación, poniendo en peligro a toda Europa.

 

 

Asimismo durante un intento de toma de control a la central de Zhaporitzhia por parte de tropas rusas (que luego de algunas escaramuzas en el lugar se retiraron), Zelenski, afirmó falsamente que los reactores de agua a presión podrían “explotar” produciendo una catástrofe diez veces más grande que Chernóbil.

 

 

Debemos decir que ambas supuestas amenazas de holocausto atómico fueron prontamente negadas por la IAEA, el Organismo Internacional de la Energía Atómica, que aseguro que las lecturas radiactivas de las plantas eran normales. Ejemplos como estos sobran y se producen todos los días en esta guerra al punto que nunca terminaríamos de narrarlos.

 

 

Dejando de lado estas fallidas operaciones, mientras la sangre y la destrucción sigan corriendo por Ucrania y la desesperación comience a crecer en ambos bandos, nadie asegura que una escalada militar no convencional o una operación de falsa bandera exitosa no nos lleve a una pesadilla de la cual no podamos salir condenando a la humanidad toda.

 

 

Como dijo en 1917 el senador estadounidense Hiram Johnson durante las terribles matanzas de la Primera Guerra Mundial:

 

¨La primera víctima cuando llega la guerra es la verdad.” 

Comentarios

Te puede interesar

Teclas de acceso