Rodeado de sus afectos, los restos de Gerardo Rozín fueron despedidos por familiares y amigos en el velatorio que tuvo lugar en el barrio porteño de Boedo y en el entierro en el Cementerio Israelita de Rosario. Sin embargo, en las ceremonias hubo una ausencia que sorprendió a muchos, la de su hija Elena, de 11 años. ¿Qué fue lo que pasó? Su abuelo, Julio Bárbaro, explicó los motivos.
En diálogo con Implacables (El nueve) el politólogo y escritor se refirió al duro momento que atraviesa la niña, fruto de la relación de amor que Rozín tuvo con Carmela Bárbaro: "La semana pasada nos dijo: ’Soy muy chiquita para estar viviendo esto’". Con profunda tristeza, el dirigente peronista relató sus últimos días y la intimidad de la familia.
"Cuando fue con Carmela a despedirlo, él ya no estaba consciente. Ahí asumió cuál era la gravedad (de la situación)", precisó durante una entrevista. "Carmela le dijo de ir al velatorio y dijo que prefería no ir, no quiso", detalló.
La semana pasada, según contó, la familia había organizado una cena de despedida con sus afectos. Sin embargo ese encuentro no se pudo concretar. "En un momento los médicos dijeron que eso era imposible, que ya la situación no permitía el diálogo", aseguró y reveló que pudieron hablar con él "hasta el miércoles de la semana pasada".
Sus últimas charlas con el padre de su nieta rondaron sobre lo mismo. "Hablamos básicamente del dolor, es una persona que hace un año sabía cual era el resultado de todo esto", aseguró
