El exdirector de la delegación de Las Termas de la Anses tuvo ayer un revés judicial y seguirá detenido, mientras se profundiza la investigación en su contra por los presuntos abusos perpetrados en perjuicio de su hija biológica desde que ella tenía 14 años, hasta los actuales 17. El hombre está imputado del delito de abuso sexual con acceso carnal, agravado por el vínculo. La Justicia sumó evidencias, pero aún faltan producirse otras pruebas.
La menor de 17 años expuso ante la representante de la Unidad Fiscal de Río Hondo y Jiménez, Dra. Tania Monte Bitar, y la defensora de Menores, Dra. Viviana Tejera, cómo sucedieron los hechos desde que ella tenía 14, los que finalmente permitieron detener a su progenitor. Se trata de seis abusos sexuales con acceso carnal.
La relación sentimental del padre y la madre de la adolescente terminó a poco de nacer la víctima, ocasión en la que el detenido no dejó de ejercer sus derechos de comunicación con la menor. Sin embargo, sorpresivamente, en enero de 2019, cuando la adolescente tenía 14 años, el sujeto comenzó a tener contacto con su hija biológica, a lo que la madre no se opuso.
De a poco, la menor comenzó a tener confianza con su padre, hasta que se quedó a dormir en su casa por una cuestión de comodidad. En la segunda ocasión en la que la adolescente se quedó a dormir, la pareja de su padre no estaba. En esa circunstancia, el funcionario público le dijo a su hija que durmiera con él en la misma cama. Inocentemente, la menor accedió. Durante esta situación, la abrazó desde atrás y le tocó las partes íntimas a la menor de 14 años. La víctima quedó paralizada y no atinó a decirle nada a su padre. Seguidamente comenzó a besarla, la accedió carnalmente con los dedos y seguidamente con el miembro viril.
Al día siguiente, el hombre le preguntó a su hija si “quería que volviera a pasar”, en relación al acceso carnal, y ella le dijo que no. Antes de que la menor volviera a su casa, el hombre le dijo a su hija que no le contara nada a su madre porque eso “los perjudicaría a los dos”.
En marzo de 2019, la menor estaba en una fiesta en una casa cercana al domicilio de su padre, donde hubo un incidente. En consecuencia, el hombre la buscó, la llevó a su casa y le dijo que durmiera en otra habitación. En tanto, el acusado se fue a dormir con su pareja, aunque durante la madrugada, ingresó al dormitorio donde dormía su hija y la accedió carnalmente.
En abril de 2019, cuando la adolescente cumplió 15 años, el padre la llevó a comer a un restaurante, luego dieron una vuelta por el lago y al regreso, pasaron por frente de un motel, le preguntó si quería conocerlo, ella le dijo que no, pero él igualmente ingresó y la accedió carnalmente.
Luego de ello, el hombre la buscaba, pero ella se negaba a salir. Fue creciendo y las negativas fueron más contundentes, hasta que el sujeto dejó de insistir.
En julio de 2021, mientras la madre de la menor estaba de viaje por un problema de salud, el hombre se presentó en la casa de la adolescente y trató de accederla carnalmente, aunque el acto fue interrumpido por la llegada de una amiga de la madre de la menor.
En ese mismo mes, el sospechoso llamó a la menor a su celular y le preguntó dónde estaba; la menor le dijo que en su casa, completando carpetas. Le preguntó con quién estaba y ella le respondió que sola. El hombre se presentó en la casa de su hija y la violó.
En septiembre de 2021, el sujeto le pidió a su expareja permiso para que su hija lo acompañara a Tucumán por sus cuestiones laborales. La mujer no se opuso. Ya en la vecina provincia, en la habitación de un hotel, el hombre trató de accederla carnalmente, pero ella se resistió; se produjo un forcejeo, aunque finalmente él hizo prevalecer la fuerza y la violó otra vez.
En la última vez, el acusado utilizó el mismo modus operandi. La llevó al cerro San Javier de Tucumán, y en el camino de regreso, ingresó a un motel de la ruta, donde la accedió carnalmente otra vez.
La menor trató de suicidarse ingiriendo cincuenta pastillas por el “daño psicológico”
La menor no aguantó más. A fines del año pasado, la adolescente ingirió 50 pastillas de poderosos psicofármacos con la intención de quitarse la vida. La adolescente fue trasladada al Centro Integral (CIS) de Las Termas, donde le practicaron un lavaje de estómago y estuvo internada un día. El 26 de diciembre, luego de que le dieran el alta, la víctima decidió contarle a su madre el drama que estaba viviendo a causa de los abusos sexuales que sufría de parte de su padre. Los abogados querellantes destacaron que esta situación sufrida en el transcurso de tres años le produjo “un gran daño psicológico”.
El día que la adolescente le contó el drama a su madre, esta le dijo por teléfono a su expareja que “era un abusador” y que “no se acercara a su hija”.
De acuerdo con la denuncia de la progenitora, a partir de ese momento comenzaron sufrir una campaña de difamación de parte de la familia del acusado y llamados telefónicos para que su hija “no lo denuncie a su padre”.
Incluso, se presentaron personalmente en la casa para convencerla. A raíz de ello, la Fiscalía ordenó una prohibición de acercamiento hacia la víctima y su madre de parte de los hermanos y el padre del sospechoso.
