Desde hace más de 4 años, un particular visitante ronda el hogar
de una familia de Colonia Rasquín. Ella podría ser la introducción para
la historia de Colorado, pero más que un turista reptil es el integrante de la familia Ricciotti Chávez, que aprendió a convivir con el particular amigo de sangre fría.
“El vino a casa desde que era muy pequeño, se acercó a nosotros y le empezamos a dar huevos y algarroba, a dejarlo que tome agua del bebedero de los animales
y ahora entra en la casa y recorre cada rincón de nuestro hogar, el es un
integrante más”, explicó Gervasia Chávez, quien junto a su esposo Aldo y su hija Giulia adoptaron a Colorado, una gran iguana macho que se pasea y convive con ellos en total armonía.
“Nosotros queremos cuidarlos a ellos, a veces tenemos miedo cuando no parece, pero sabemos que en cierto período del año ellos invernan y luego vuelven a aparecer”, comentó Gervasia.
Al amigable reptil le encanta compartir momento con su familia humana, pero también con la de su misma especie. “Volvió después de un tiempo con toda su familia, ahora son cinco, pero el es el más dócil de todos, mi hija lo acaricia y se deja alimentar, le encanta las uvas, el huevo y siempre está en lugares frescos”,
comenta feliz la madre adoptiva de Colorado.
“Nosotros trataremos siempre de cuidarlo por que ya es parte de nuestra familia”, dijo Gervasia.
