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Policiales #BuenosAires

Con una mentira se llevó al hijo de su ex y lo asesinó a palazos: ???Tomás se dio cuenta de que lo estaban matando???

El informe de los forenses estableció que Tomás fue atacado con una pala en la cabeza, en la espalda, en las piernas y brazos. Intentó defenderse, pero sufrió múltiples lesiones craneales y, finalmente, un paro cardíaco.

Por TN.- El 20 de agosto Tomás Dameno Santillán hubiese cumplido 19 años pero una venganza cruelmente planificada le quitó la vida abruptamente cuando apenas tenía nueve. A mediados de noviembre de 2011 su padrastro lo asesinó “por odio” a su mamá, que había decidido terminar la relación con él tres meses antes del crimen. “Se cumplieron 10 años del asesinato. pero sigue siendo una pesadilla”, dijo a TN Susana Santillán.

 

Desde aquel trágico 15 de noviembre de 2011, Susana sigue haciéndole una torta y cantándole el feliz cumpleaños a Tomás, aunque ya no lo tiene físicamente con ella. “Uno cierra los ojos y los vuelve a abrir, esperando que lo que pasó no sea real”, confiesa. Pero lo irreversible la golpea en cada despertar y entonces, para poder hacer justicia por Tomás, tuvo una sola opción: seguir viviendo.

 

Perder a un hijo “te desgarra el alma, te destruye, te cambia la vida para siempre”, sostuvo Susana. La voz frágil todo el tiempo, rehén de esa lucha interna por contener las lágrimas o dejarse ganar por el llanto. Y añadió: “No se lo deseo a nadie, pero uno aprende a convivir con la ausencia”.

 

 

Susana se imagina cómo sería hoy su hijo, qué cosas le gustarían hacer, se imagina esa fiesta de egresados a la que nunca fue o la novia que alguna vez le hubiera presentado pero no va a conocer. Así, Tomás está de alguna manera, no se fue del todo. “No lo tengo físicamente, pero fue parte de mi pasado, está en mi presente y va a seguir estando en mi futuro. Siempre”, subrayó.

 

El crimen de Tomás Santillán

 

Tomás desapareció el 15 de noviembre de 2011 cuando salió del colegio al mediodía. El nene empezó a caminar rumbo a su casa como lo hacía habitualmente, pero en el camino se cruzó con la expareja de su mamá y un destino fatal e inexplicable.

 

 

Mediante un engaño, Cuello obligó a la víctima a subir a su auto, condujo varios kilómetros y cuando ya se había alejado lo suficiente de Lincoln, llevó a cabo su plan criminal: lo mató a golpes.

 

Durante dos días enteros una madre desesperada, cientos de vecinos, unos 500 policías, helicópteros y perros adiestrados buscaron a Tomás sin descanso. Pero la esperanza que mantenían de encontrarlo vivo se hizo pedazos cuando pasaron esas 48 horas y su cuerpo apareció en un descampado a unos 500 metros de la Ruta Provincial Nº 50.

 

Después, el informe de los forenses estableció que Tomás fue atacado con una pala en la cabeza, en la espalda, en las piernas y brazos. Intentó defenderse, pero sufrió múltiples lesiones craneales y, finalmente, un paro cardíaco. “No cabe duda de que se dio cuenta de que lo estaban matando. El hecho es de una cobardía y una brutalidad enorme”, sentenció el juez de Garantías de Junín José Raúl Lucchini, en el juicio que condenó a Cuello a la pena máxima.

 

 

Prisión perpetua para un crimen por “odio”

 

Susana Santillán y Adalberto Cuello se separaron unos tres meses antes de que el hombre matara a Tomás. Lo hizo porque, según él, era culpa del chico que la madre lo hubiera dejado.

 

 

En diciembre de 2012, Cuello fue condenado por unanimidad a prisión perpetua por el delito de “homicidio agravado por alevosía”, en un caso que se encuadró como violencia de género.

 

El juez Miguel Angel Vilaseca Parisi, uno de los jueces que integró el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Junín que lo condenó, argumentó en aquel momento que Cuello mató al nene por “odio” a su mamá ya que, para él, “Tomás era una cosa, un objeto”.

 

Esa fue la última vez que Susana vio al asesino y si bien son muchas las preguntas a las que todavía no les encontró respuesta, no quiere volver a tenerlo cerca nunca más. “(Cuello) está cumpliendo una condena y sigue negando el crimen”, apuntó a TN.

 

 

Un nuevo comienzo

 

Pasaron ya 10 años del crimen que conmocionó a Lincoln y al país entero pero a veces, como cuando se entera por los medios de noticias como el reciente crimen de Lucio Dupuy en La Pampa, Susana siente que todo ocurrió ayer. También cuando se acerca cada 15 de noviembre, o los 20 de agosto mientras prepara una torta para su hijo aunque ya no esté. “Todo el dolor vuelve a flor de piel”, aseguró Susana, y la voz se le vuelve a quebrar.

 

 

Actualmente la mamá de Tomás Santillán tiene 38 años, volvió a formar pareja y dio a luz a su tercer hijo. Tomás le sonríe desde cada una de las fotos que llenan su casa, pero admite: “A mi me salvó Juan Martín, estoy de pie por él”.

 

Juan Martín es el hijo que tuvo con Cuello, que tenía apenas 8 meses cuando su papá asesinó a Tomás y ahora ya cumplió 10 años. “La vida continúa, me llevó muchos años entender eso”, manifestó Susana. No fue fácil criar a “Juanma” en medio de tanto dolor y tanta pérdida, pero asegura: “Si de algo no me arrepiento es de haberle contado siempre la verdad”.

 

“Tenía 8 meses nada más y se estaba quedando sin hermano y sin papá”, señaló. Por eso, necesitó un acompañamiento psicológico muchos años y por lo mismo, tal vez, alcanzó la madurez mucho antes que los otros chicos de su edad. “Se le fue diciendo la verdad de a poco hasta que él mismo se dio cuenta de todo”, dijo.

 

Así, un día como cualquier otro, él solo le dijo a ella que sabía quién había matado a su hermano y ahora “lleva la historia de la mejor manera posible”. El primer conflicto se le presentó cuando aprendió a leer y se dio cuenta de que tenía el apellido de su papá. “No quería saber nada, quería cambiarse el apellido de este asesino“, recordó Susana, y destacó: “La lucha no fue fácil, pero lo logró”.

 

 

Nueve años maravillosos

 

“Hace exactamente 18 años llegabas a nuestras vidas y me dabas el título de mamá. Es algo que te agradeceré toda la vida”, expresó Susana el año pasado en sus redes sociales, el 20 de agosto. “Tomás era un nene maravilloso, muy tímido, prolijo”, describió a TN.

 

La mañana del 15 de noviembre de 2011 Susana compartió sin saberlo el último desayuno con su hijo. Le preparó la leche chocolatada como a él le gustaba y cuando llegó el remís a buscarlo para llevarlo a la escuela, Tomás se puso su perfume, se dieron un beso y un abrazo, y nunca más se volvieron a ver.

 

“Me dijo que al mediodía quería comer milanesas con puré”, evocó con tristeza. Ese día el almuerzo quedó sobre la mesa y empezó la pesadilla que nunca jamás podría siquiera haber imaginado. La herida empieza a cicatrizar y esa marca, Susana lo sabe, será un recuerdo permanente del dolor. “A los 38 años tuve que aprender a volver a confiar en las personas”, manifestó por último, y cerró: “Me quedo con todo lo vivido, fue poco tiempo pero fue maravilloso”.

Asesinato
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