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La Provincia #DepartamentoSalavina

La ciudad de Los Telares se apresta a festejar su cumpleaños Nº 89

El aspecto estructural se vio modificado en la última década por nuevas calles asfaltadas, la distribución de plazas y espacios verdes que le dieron una nueva fisonomía.

Luego de no haber podido festejar su cumpleaños por la pandemia imperante en el mundo, la ciudad de Los Telares, en el departamento Salavina, encabezado por sus autoridades municipales y con el acompañamiento de toda la comunidad, se aprestan a festejar este lunes 20 los 89 años de esta pujante ciudad, cuya fisonomía ha cambiado de manera ostensible durante los últimos años.

 

Su historia

 

Si bien es cierto, este lugar tiene asentamiento poblacional desde mucho antes de la época colonial, siendo en centro de una amplia zona en la que se desarrollaron culturas propias, que se convirtieron en el centro del habla quichua de toda la provincia, hasta el año 1930 era prácticamente un paraje de pocas casas que todavía no tenía instalado su nombre actual.

 

Los ahora parajes satélites de Los Cerrillos, San Nicolás o Vaca Human eran por esos años centros poblacionales de mayor concentración de pobladores, la mayoría dedicados a la explotación de los numerosos quebrachales y algarrobales de la zona y también a la cría de ganado menor y al trabajo en los obrajes.

 

El avance de la construcción de las líneas férreas que se extendían por los lugares más inhóspitos del país, también llegaron a esta zona y la expectativa por el paso del tren, que en un principio fue de carga, para habilitar luego el servicio de transporte de pasajeros, dio un vuelco en la vida de esta localidad, que comenzaba a relacionarse con sus vecinos de otra forma, conformando un hito el hecho ocurrido un 20 de agosto de 1932, cuando se une el ramal a la altura del denominado Puente Negro, que fue rubricado con la presencia de los gobernadores de Santiago y de Córdoba.

 

El 7 de septiembre de 1932 se firmó el decreto que permitía la expropiación de los campos que fueron cedidos con anterioridad por la familia Machado para la construcción de la estación, lo que daría lugar a que el 20 de septiembre de 1932 se diera el nombre a la las estaciones del ramal 109, siendo el ingeniero sueco Carlos Christiernsson, quien  decidió a último momento cambiar el programado nombre de “Edelmira” (en honor a la esposa de Machado), por el de “Los Telares”, en honor a esas incansables mujeres teleras que desarrollaban tejidos de una originalidad única y todo de manera artesanal, dando origen a ponchos, cobijas multicolores y todo tipo de tejidos, que por su alta calidad eran compradas por los europeos encargados de las líneas ferroviarias y luego revendidas en las grandes ciudades

 

 

Se puede decir que Los Telares es el punto de encuentro de cordobeses y santiagueños, que perdura desde el encuentro de las brigadas de trabajadores ferroviarios que procedían del sur, con las provenientes del norte, uniendo de esta manera a través de las visa del progreso a los pueblos cordobeses y santiagueños.

 

La ciudad hoy

 

Hoy, la ciudad de Los Telares en un centro poblacional pujante, con numerosos servicios públicos y emprendimientos privados que lo han convertido en el centro de toda una región y mantiene más intacta que nunca su cultura y costumbres, traducidas a través de diferentes iniciativas culturales que mantienen viva, por ejemplo, la lengua quichua, siendo un gran porcentaje de su población bilingüe, en una clara muestra de avanzada cultural.

 

El aspecto estructural de la ciudad se vio modificado en la última década por nuevas calles asfaltadas, la distribución de plazas y espacios verdes que le dieron una nueva fisonomía y la traza de vías de comunicación que la relacionaron de manera más directa con otras localidades vecinas.

 

Devoción

 

Los Telares, centro de tradiciones ancestrales, es también una población con un profundo apego a las fiestas y celebraciones religiosas tradicionales, destacándose la devoción por el Señor de la Paciencia, una imagen que atesora toda la comunidad cristiana, la cual es sumamente devota del Señor de la Paciencia, donde se mezcla la religiosidad popular por los santos, con su forma de vida sencilla, pudiéndose por ejemplo observar en cualquier paraje rural circundante a la ciudad, un rincón donde destinado al Señor de la Paciencia, donde la familia y en algunos casos sus vecinos le profesan su fe, fundamentalmente en cada mayo, una semana antes o una semana después de la fiesta del Señor de Mailín, recorriendo diversos hogares y lugares públicos durante 10 noches.

 

El Señor de la Paciencia es el Patrono de Los Telares, según relata la historia local, porque era venerado por la familia de Petrona López, en un paraje llamado Taruca Pampa, distante 15 kilómetros, quien decidió llevar la imagen a Los Telares, hace aproximadamente 60 años, donde habría sido muy bien recibido por los pobladores que rápidamente comenzaron a mostrarle devoción, quedando posteriormente en este lugar la imagen, que ha sido objeto de numerosos artículos, ya que llama la atención la postura, no común, de un santo sentado, vestido con un manto rojo, con los ojos entrecerrados y sosteniendo con una mano parte del mentón, como si estuviera a la espera de algo, tomado como como signo de paciencia.

 

Los vecinos le atribuyen numerosos milagros, lo que rápidamente hizo que lo visitarían fieles de todo el departamento Salavina, de Santiago Capital, de Córdoba e incluso de Buenos Aires, convirtiendo en una verdadera fiesta popular las semanas de mayo en las que se lo venera.

Los Telares
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