Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Opinión #Opinión

Tambores de Guerra

Miles de soldados desplegados en las fronteras entre Rusia y Ucrania pueden marcar el preludio de una guerra que nadie quiere; pero que tampoco parecen querer evitar.

Las imágenes de tropas rusas apostadas en la frontera de los territorios secesionistas ucranianos del Donbas en los que durante los últimos siete años se ha vivido una guerra civil que ha dejado más de 20.000 muertos y en las que se muestran equipos de artillería, tanques vehículos de transporte blindados y campamentos militares que han sido reforzados con al menos 40.000 soldados; muestran lo que parece ser un ejército preparado para el combate más que unas simples maniobras militares como las calificó Moscú.

 

Frente a esta movilización, la OTAN y Estados Unidos tienen miedo de que Rusia quiera obtener por la fuerza estos territorios y han jurado defender la soberanía de Ucrania movilizando a Polonia y a los países del Báltico simultáneamente -un ejército de 40.000 hombres de similares características- y autorizando la venta de misiles antitanque de última generación a Ucrania. 

 

Sumado a estas movilizaciones, en las últimas horas la marina de guerra rusa ha desplazado más de veinte navíos avanzados de combate de tres diferentes flotas navales a la zona de conflicto advirtiendo a sus contrapartes que la mejor forma que tienen de mantener a sus barcos a salvo es no ingresar al Mar Negro. La respuesta a esta amenaza ha sido el envío al Mar Negro por parte de las marinas británica y de Estados Unidos de parte de sus flotas apostadas en el Mediterráneo para ejercer acto de presencia y advertir que no están jugando.

 

Analistas consultados advierten que este movimiento militar es utilizado por todas las partes en el conflicto como advertencia de sus capacidades militares y su determinación geoestratégica de demostrar quién es el más poderoso a nivel global y no verse frente al mundo como países débiles que están dispuestos a ceder áreas de influencia sin pagar el costo correspondiente por el domino mundial. 

 

Advierten los especialistas militares que frente a esta situación, cualquier pequeño error podría conducir alestallido de una guerra abierta y que la misma podría devenir en un conflicto europeo abierto.

 

Los enfrentamientos por los territorios de Ucrania son parte de un tablero mucho más grande que comenzó en el año 2007 cuando Putin expresó que se había terminado el mundo unipolar impuesto por Estados Unidos, que ellos estaban nuevamente en el ruedo y que también eran una potencia con intereses internacionales. Es así que Rusia inició una política exterior más agresiva, invadiendo Crimea en el año 2014 y apoyando a las mayorías rusas que querían independizarse de Ucrania en los territorios del Donbas. Pero también intervino a nivel global en los conflictos de Siria, Libia y otros países de África en los que tiene presencia militar, combatiendo a rebeldes islámicos. También aliándose a Venezuela en América Latina y buscando apoyo en otros países de la región como Argentina. 

 

Por otro lado, las decisiones de la administración Biden que marcan la vuelta al imperialismo tradicional de Estados Unidos en el mundo, sólo han exacerbado más la situación con las expulsiones y las sanciones impuestas a diplomáticos rusos y por las declaraciones que expresan que las políticas de la actual administración están destinadas a combatir el intento de Moscú por volverse a convertir en una potencia internacional.

 

Aunque ambas partes dicen estar realizando ejercicios militares sin importancia, juegan con fuego en un conflicto en el que todas las partes advierten que cualquier agresión será respondida con una guerra abierta. 

 

Y donde en realidad lo que menos importa son los derechos y la vida de la población en este nuevo juego de tronos del siglo XXI en que lo único que prima es el reparto del mundo y la dominación de los recursos económicos mundiales.

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso