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Opinión #Opinión

La Gerencia en Felicidad se sobrepone a la Gerencia Tradicional

Resulta sorprendente que hoy en día haya organizaciones que continúan administradas bajo una gerencia tradicional que tiene como características una estructura piramidal rígida, donde existen jefes que, por su posición, se consideran perfectos e inalcanzables, que dan órdenes y opacan a las personas que trabajan para ellos, que se jactan de los logros que alcanzan quienes están bajo su cargo y que, además, responsabilizan a los demás de los errores que en su área se cometen.

 

En los tiempos actuales existen muchas personas con este perfil en posiciones con cargos de mayor nivel y es en esos casos, cuando la cultura empresarial se torna en un reflejo de la alta dirección basada en el “liderazgo tradicional”, encontrando algunos jefes que aún lideran ejerciendo “mano fuerte”, como ellos mismos lo denominan y que son respaldados en todas sus acciones y decisiones aun si son injustas, con el uso común en ocasiones de palabras despectivas, exigencias de horarios extendidos, asistencia los fines de semana y sobre todo un interés nulo en el desarrollo personal y profesional de sus colaboradores. 

 

Evidentemente, en estas culturas prima el interés empresarial por sobre el colaborador y difícilmente, a menos que haya toda una transformación tanto de estilo de liderazgo como cultural, una organización va a cambiar.

 

Por fortuna, el mundo cada vez está más interconectado y las tendencias globales se están imponiendo con una rapidez asombrosa, haciendo que a veces de manera forzada, se den los cambios hacia organizaciones con altas dosis de trabajo colaborativo, no sólo porque el entorno laboral lo está exigiendo, sino porque los colaboradores cada vez están más capacitados, tienen más alto el sentido de familia, buen trato en todo sentido y son más conscientes de sus derechos y de su felicidad sin duda alguna en la empresa.

 

Ya cumplimos un año de esta pandemia y con su llegada, precisamente todas las organizaciones mostraron a “flor de piel” su esencia cuando tuvieron que replantear su estrategia con relación a las personas. Aunque el que haya muchas empresas con una gerencia tradicional es preocupante, nos da un ápice de esperanza saber que cada vez son más las organizaciones que son conscientes de la enorme responsabilidad que tienen en la sociedad y eso incluye poner en primer lugar a las personas, que son su motor y yo diría que el eje principal en su empresa. 

 

Organizaciones de este tipo que se desarrollan bajo un liderazgo consciente, han entendido que para poder ser eficientes, rentables y productivas, deben apostarle al bienestar y felicidad de sus colaboradores; pero no basta con poner en marcha actividades o una serie de beneficios sueltos que no estén ligados a una estrategia clara de gerenciamiento de personas en felicidad y así mismo, de un monitoreo continuo, un responsable y una medición periódica que permita establecer si lo planeado está cumpliendo con su objetivo o qué desviaciones se están encontrando en el camino para poder ajustarlas a tiempo. 

 

Con relación a “medirse”, siempre ha habido algo de temor y muchas preguntas. Lo primero, porque el medir algo, puede evidenciar si lo implementado está siendo efectivo o no, y si llegase a suceder esto último, puede haber entre otros, cuestionamientos con relación a si vale la pena seguir invirtiendo tiempo y dinero hacia las personas, desmotivación por parte del responsable y un posible recorte del presupuesto destinado a esta estrategia.

 

Adicionalmente, las preguntas surgen alrededor de cómo determinar los indicadores correctos y que generen valor, y, por otro lado, de la oportunidad y necesidad de la periodicidad de esta, al mismo tiempo que se genera el interrogante de cómo gerenciar a los colaboradores de manera correcta y sin irnos hacia una empresa basada sólo en ejecución de tácticas. 

 

Queremos que las organizaciones sepan que no están solas y que migrar a una Gerencia de personas felices requiere de una convicción total en cuanto a la valía de los seres humanos que allí trabajan y de un esfuerzo, tiempo y recursos sostenido que se facilitará si se cuenta con los aliados correctos para transitar este maravilloso camino que se llama “cultura en felicidad organizacional” dónde el primer paso es dejar la Gerencia tradicional y crear los líderes que el mundo empresarial necesita hoy.

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