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Opinión #Opinión

La mesa chica

La virtualidad invadió nuestras formas de relacionarnos en casi todos los ámbitos laborales. Menos en la mesa chica, menos en esa negociación donde el cara a cara es insustituible

Reuniones de trabajo, webinars, chats en vivo. Hasta las convenciones más importantes del mundo hoy en día se hacen por internet; pero todavía persiste una situación donde la red no pudo penetrar: las reuniones donde se cierran contratos, donde se fijan montos en dólares transportados en un maletín o la emblemática junta con el gerente del banco en la cual ingresás a la zona de “cajas fuertes”. Los protagonistas: tus buenos modales.

Porque buenos modales…son buenos negocios.

Ese día llegó y vas a cerrar el trato de tanto esperaste. Si sos el anfitrión o el invitado, debo recordarte que la puntualidad es “la cortesía de los reyes”.

Ya están agotadas las excusas sobre el tráfico o el clima. Tenés que estar listo en el lugar indicado 10 minutos antes.

Si tu oficina va a ser el lugar de reunión, asegurate de tener tantas sillas como personas esperas. Correr a buscar asientos es como comenzar con el pie izquierdo una negociación. ¿Por qué voy a cerrar un trato con vos si no estás en el mínimo detalle de tener una simple silla para cada persona?

El plus diferencial: Cada vez que alguien llegue, salí a buscarlos vos mismo. Camina ligeramente unos pasos adelante señalando el camino.

En el caso que la cita sea en temporada de otoño/invierno tené preparado un perchero para los abrigos. Nunca los dejes en una silla. Si tenés una secretaria, pedile por favor que no te pasen llamadas.

Si no tiene una secretaria, apague el celular.

Este dispositivo, que ya es parte esencial de nuestras vidas, nunca va apoyado en la mesa. No en la mesa de una comida y menos en el cierre de un trato.

Negociar es tratar de convencer y nadie quiere dejarse persuadir por una persona que esta mirando el celular una vez cada treinta minutos atento a otra cosa.

¿Qué vas a servir en la reunión?

Aquí va una lista para que la lleves con vos el día que le vas a dedicar a los preparativos.

• Café (de la mejor calidad y nunca instantáneo)

• Té (el mejor, preferentemente sabores variados)

• Tazas, platos y cucharitas (sin rajaduras ni roturas)

• Servilletas (de tela, nunca descartables)

• Azúcar y Edulcorante.

• Agua mineral (lea la etiqueta, que diga mineral y no mineralizada)

• Vasos de vidrio.

Después que todos los participantes hayan llegado, que cada uno tenga lo que gusta tomar y estén todos frente a frente: es hora de abordar el tema por el cual se han reunido.

Más allá si el resultado fue el esperado o no, ponte de pie para despedirte y acompañalos a la salida.

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