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Opinión #Opinión

Administraciones Peligrosas

En la historia empresarial argentina; pero por sobre todo en el Norte Argentino, era muy común observar que las PyMES eran administradas por sus propios dueños, quienes con un contador y un especialista del rubro de cada empresa, hacían frente a los desafíos del mercado.

Con el pasar de los años, la suma de variables empresariales, llevaron a que las PyMES tengan que repensar sus estrategias competitivas, y asemejarse más a las grandes empresas. Ya no alcanzaba con solo un contador o con los 30 años de experiencia del dueño en el rubro. Se vislumbraba la necesidad de especialistas para cada área o sector de las empresas, como en RRHH, marketing, Producción así como Ingenieros de Alimentos, profesionales de la Salud, en hotelería, en turismo, Ingenieros agropecuarios, etc, etc…

 

 

Tal es así que desde lo legal, las normativas argentinas estipularon la obligatoriedad de algunos profesionales en las empresas como un Contador, un Responsable de Higiene y Seguridad o un Arquitecto, o Ingeniero. O Médicos en el caso del rubro salud.

 

 

Los dueños, con sus 30 o 40 años de experiencia, vieron enriquecidas sus empresas por un batallón de profesionales ya sea por una obligatoriedad legal o por una necesidad del mercado. A lo que también sumaron técnicos para desempeñar los roles más básicos.

 

 

La obligatoriedad legal es entendible ya que para un Sanatorio o Clínica que no tenga un Director Médico como responsable, se haría muy difícil sustentar decisiones técnicas en pos de los pacientes/clientes por encima de las decisiones financieras.

 

 

Una constructora que no tenga un arquitecto o un ingeniero que revise y firme los planos, no podrá ejecutar obras, además de arriesgar la vida de las personas.

 

 

De igual manera un contador o un auditor para las empresas, que les lleve a cumplimentar las disposiciones legales del fisco, que día a día son modificadas, donde un error puede significar pagar millones en multas.

 

 

Y así sucesivamente podemos seguir nombrando puestos dentro de las organizaciones, donde la ley hadeterminado que es obligación que sean ocupados por determinados profesionales.

 

 

Lo controversial en lo que puedo observar, es la cabeza de toda organización ya que sin importar el tamaño de la misma, la ley no establece que deba ser un profesional quien administre y conduzca la empresa. Es un puesto clave en la toma de decisiones, que puede ser ejercido por cualquier persona, dueño o no, profesional o no, con experiencia o no.

 

 

No es necesario, ni obligatorio, que un experto en administración o gerenciamiento tome las decisiones. La ley dejo una laguna en este aspecto sin contemplar que una mala decisión de ese líder o jefe, puede afectar el trabajo y la vida de todas las familias que dependen de esa empresa.

 

Empresas con 200, 300 o 5000 empleados, desde donde subsisten 200, 300 o 5.000 familias, más proveedores, clientes y el estado.

 

 

La pregunta seria. ¿Por qué si para comprar un medicamento debo tener la firma del médico, o para una presentación legal la de un abogado, o la de un contador para presentar la situación contable de la empresa, o de un arquitecto para un plano, no es necesaria la firma de un administrador profesional en las decisiones gerenciales de la Empresa?

 

 

Si no tuviésemos el asesoramiento medico para la compra de un medicamento, solo se pone en juego la vida de una persona. Sin el asesoramiento de un abogado en una presentación legal, se pone en riesgo los derechos de una sola persona. Pero si un profesional de la administración no interviene en la conducción de la empresa, se ponen en riesgo el trabajo, y hasta la vida de todas esas familias que dependen directa o indirectamente de la empresa.

 

 

El hecho de que las direcciones, gerencias o jefaturas no sean profesionalizadas, no quiere decir que no puedan ser llevadas a cabo, pero es como pretender recetar un medicamento o diagnosticar una enfermedad sin ser médico.

 

 

Puedo saber mucho de alguna determinada enfermedad y conocer perfectamente el remedio para tal dolencia, pero la ley es clara, y estipula que debo ser médico para realizar esas tareas. Con la misma lógica deberíamos actuar con las organizaciones, entendiendo que, al tener profesionales, aseguramos cierto nivel de capacitación y preparación, que se complementaría con la experiencia, lo actitudinal y el sentido común. De otra manera, solo nos quedamos con jefes que comandan organizaciones solo por la experiencia o astucia, sin otro tipo de formación y herramientas que lo acompañen y como bien lo dicen algunos, “…es preferible un ejército de conejos liderado por un león, antes que un ejército de leones liderado por un conejo…”

 

 

Por suerte los nuevos empresarios, los empresarios de la Generación X han comenzado a hacer un cambio de paradigma con respecto a este enfoque, y cada vez son más los que quieren asegurarse contratando profesionales para liderar sus organizaciones, pero eso no exime a que la ley y el Estado obviamente detrás de esas normativas, queden sin intervenir para asegurar la vida de esas organizaciones.

 

 

Esperemos que, con el tiempo, el Estado tome un rol proactivo y no reactivo para salvaguardar el trabajo de las personas, asegurando la vida de las empresas.

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