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Opinión

Cómo va el tanteador

Un punteo de cómo van las disputas entre el presidente y su vice en diferentes temas.

Cuando en la Argentina el dólar blue no se mueve por una semana y es época de vacaciones parece que todo está tranquilo, hasta con sabor a aburrimiento. Sin embargo, es un acto de ilusionismo porque los temas macro siguen sobre la mesa y ciertos debates coyunturales hablan sobre tendencias sustantivas. Estas son las 10 cosas más importantes que —a mi juicio— estuvieron sobre la mesa de noticias esta semana pasada (sin orden de importancia):

 

-El affaire Formosa.

 

-La saga de las vacunas (y los problemas de comunicación del Gobierno).

 

-El debate sobre las PASO.

 

-La visita de Alberto a Chile, el foro de Davos y los diálogos con Kristalina y Angela (y el canciller que sigue en su puesto).

 

-La situación de YPF (y el avance de La Cámpora).

 

-La negociación con empresarios y sindicatos para moderar inflación.

 

-El debate sobre la vuelta a clases.

 

-El debate sobre la reforma al sistema de salud.

 

-¿Macri debe jubilarse?

 

-La estrategia de diferenciación de Massa.

 

También sucedieron otras cosas en esta semana pasada, no menos relevantes, pero que no inciden tanto sobre el cuadro general de corto plazo. Por ejemplo, el paro de transportistas o las declaraciones de Guzmán sobre el acuerdo con el FMI.

 

La pregunta que debe actuar como hilo conductor es acerca de dónde está el poder y qué acepta Cristina que haga Alberto. Cualquiera diría que that is the question en el país desde el 10 de diciembre de 2019.

 

Es verdad. El punto es que le otorgamos una baja probabilidad a dos escenarios:

 

1) Alberto manda y Cristina acepta y 2) Cristina manda y Alberto acepta. Precisamente la pregunta y el conflicto existen porque ninguno de esos 2 escenarios se verifica per se y quizá nunca lo hagan en 4 años de manera terminante.

 

Si Cristina está disconforme con la marcha de las cosas es porque Alberto 1) hace mal, y/o 2) hace distinto a como ella quiere. Si el presidente hiciera todo como ella quiere, no habría conflicto, ni cuestionamiento de funcionarios. Pero sí los hay (y los habrá siempre). De modo que dónde está el poder es un juego de avances y retrocesos, y con muchos matices, sin definición taxativa.

 

Más allá de los datos objetivos, la sensación es que el presidente ha ido perdiendo poder a medida que pasa el tiempo (se podría marcar como hito de arranque el caso Vicentin) y los problemas en YPF de los últimos días solo huelen a una vuelta de tuerca más. Pero en esto hay conflictos y concreciones. Veamos algunos ejemplos para sintonizar mejor cómo va el tanteador del partido entre los integrantes de la fórmula del Frente de Todos:

 

-Vicentin: conflicto sin concreción.

 

-Impuesto a las grandes fortunas: concreción.

 

-Reforma de la justicia: un tema de Alberto que Cristina considera poco relevante.

 

-Suspensión de las PASO: conflicto que por ahora pinta para no concreción.

 

-Reforma de la Corte Suprema: en conflicto por largo tiempo.

 

-Tribunal constitucional: en conflicto por largo tiempo.

 

-Causas judiciales de la familia Kirchner: en conflicto por largo tiempo.

 

-Nombramiento de Rafecas: conflicto sin concreción (a vía muerta).

 

-Nombramiento de funcionarios más leales a Cristina: concreción progresiva.

 

-Salida de funcionarios muy urticantes para Cristina: conflicto sin concreción.

 

-Desplazamiento de los dos jueces que juzgaban a Cristina: concreción a medias.

 

-Reforma previsional: concreción de Alberto, pero con un freno de Cristina.

 

-Definiciones en política exterior: conflicto permanente.

 

-Indulto presidencial a funcionarios condenados o en proceso: en conflicto y hacia vía muerta.

 

-Ley de amnistía para funcionarios procesados: en conflicto por largo tiempo.

 

-Resolución del conflicto con la policía bonaerense: concreción.

 

-Quita de coparticipación a CABA y ruptura de lazos con Rodríguez Larreta: concreción.

 

La lista se podría expandir sin duda, pero aquí están las cuestiones más relevantes a mi juicio. De estos 17 ítems, se podría decir que solo en 5 hay concreción favorable a

Cristina. ¿Por qué entonces la sensación que Cristina va ganando el partido? Por varias razones: 1) cada avance de ella genera más impacto mediático que alguna victoria

de él; 2) al no reaccionar él con fuerza públicamente, da sensación de debilidad; y 3) habitualmente se tiende a proyectar algo que se considera negativo como irreversible,

y no tanto lo positivo.

 

En este tira y afloje permanente que es el gobierno de Alberto, esta semana también fue más calma porque el tanteador no se modificó: las relaciones exteriores dieron una pincelada de moderación, existe una permanente negociación para moderar precios y salarios, y el gobierno aliado al sindicalismo peronista le pone un freno a la reforma del sistema

de salud. Por otra parte, la suspensión de las PASO no tiene consenso aún y la vuelta a clases hasta tiene el visto bueno de Kicillof.

 

Como resultado de nuevos rumores de cambio en el gabinete, Sergio Massa se curó en salud recordándoles públicamente a sus aliados que él piensa diferente en algunas

cuestiones sensibles.

 

Para ir cerrando, esta semana dejó además un interrogante y un repudio. El interrogante es la provisión de vacunas por la pandemia.

 

La gran mayoría de los países tienen problemas con el aprovisionamiento y muchos ni siquiera arrancaron a vacunar. Esto en sí es desafortunado, pero mal de muchos… Europa está

en pie de guerra con las farmacéuticas por este tema.

 

Hasta ahí lo esperable. Pero en situaciones de crisis todo “puede fallar”. De modo que la comunicación presidencial debe prever escenarios conflictivos. Un error es admisible. Dos más o menos. Tres es modus operandi.

 

Nunca es buen negocio generar expectativas que no se sabe si se van a poder cumplir porque el búmeran puede ser fatal.

 

El repudio es hacia la violación de derechos humanos que se produjo en Formosa.

 

Ningún logro de una política pública justifica pasarse por alto las garantías constitucionales (además de interrogarse sobre las estadísticas en esa provincia). Insfrán no le hace un favor a Alberto para retener al público moderado.

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