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Opinión #Opinión

Davos, Una mirada al Futuro

Este año la Cumbre Económica Mundial de Davos desarrollará sus sesiones entre el 25 y 29 de Enero próximos. El lema de la misma es ???El Gran Reinicio???, una frase que no deja de dar miedo.

Davos es una apacible ciudad ubicada en Suiza y como todos los años, los representantes de las economías y países más poderosos del mundo se reúnen a tratar asuntos de interés mundial como el desarrollo de la economía, las relaciones internacionales, los problemas geoestratégicos y la evolución de las sociedades analizadas desde la perspectiva económica; contando como anfitriones del evento al Presidente del Foro Klaus Shwab y al Príncipe Charles, heredero al trono de Gran Bretaña.

 

 

 

Este año las conversaciones estarán centradas en los devastadores efectos económicos de la pandemia del COVID-19 en individuos, empresas y economías estatales que han visto incrementados sus déficits fiscales  debido al endeudamiento general en que han incurrido para evitar los quiebres económicos y la caída en la pobreza de población. Problemas que han generado deudas que alguien en algún momento tendría que pagar afectando el bienestar y desarrollo económico de las futuras generaciones. Además de los efectos geopolíticos que nos deja el comienzo de una segunda guerra fría, con recomposición de bloques económicos y políticas proteccionistas por parte de numerosos estados nacionales a fin de salvaguardar sus economías y sistemas industriales. 

 

 

 

En medio de esta crisis sanitaria el Foro Económico Mundial de Davos se presenta anunciando una nueva idea de redefinir el orden económico mundial con la presentación de un título que resume todo este pensamiento y por si solo hace que el miedo cale hondo en nuestro subconsciente: “El Gran Reinicio”( o por su nombre en ingles que suena aún más aterrador “ The Great Reset”) que nos recuerda al libro “1984” de George Orwell, cuya lectura recomentamos.

 

 

 

Este gran reseteo es anunciado como un refundar el capitalismo para terminar con las desigualdades e inequidades del pasado, para así llegar al año 2030 con un sistema mucho más acorde a las realidades impuestas por los avances de la tecnología y el cuidado del medio ambiente; lo que según explica la misma página oficial del Foro  como su objetivo para dentro de 10 años:

 

 

 

Yo ciudadano no tengo ni poseo nada, ni siquiera privacidad debido a la invasión de la tecnología en todos los aspectos de mi vida privada. No tengo coche porque no es sustentable, tampoco tengo casa propia por los altos costos de vivienda, tampoco tengo cocina porque es más barato y ecológico comprar echo en un restaurante que hacerlo en mi hogar, estoy vigilado y controlado por internet.

 

 

 

Los tecnócratas del Foro aseguran (lo recalcamos nuevamente) en la página oficial que la población aseverará: “No tengo nada pero soy feliz en un mundo tecnológicamente avanzado que me da todo a través de robots y la inteligencia artificial”. 

 

Estos mismos tecnócratas describen un futuro con tres clases sociales: 

 

 

Las élites económicas y políticas dueños de las empresas que gozan de todos los beneficios de este nuevo mundo y orden social, 

La población que dentro del sistema que vive feliz gracias a que ha aceptado los cambios que las tecnologías han realizado en su vida y

Los parias, quienes no quisieron adaptarse a esta realidad y vivirán como en el siglo XIX.

 

 

Es un nuevo modelo de estilo democrático que se parece más a una dictadura que a otra cosa, ya que debemos recordar que los esclavos en Persia eran conducidos por cadenas de oro; pero estas no dejaban de ser cadenas.

 

 

 

Para lograr estos avances en sus objetivos, las Comisiones de Trabajo del Foro de Davos se focalizarán en desarrollar modelos de trabajo a distancia desde los hogares que producirán por un lado el efecto de paralizar a toda la sociedad que no tendrá necesidad prácticamente de salir de sus hogares y ahondará el aislamiento personal haciendo a la humanidad más dependiente de la tecnología, que a su vez servirá para monitorear a todos por igual. Aunque también expandirá el mercado de las ventas online y la utilización del dinero digital lo que conlleva al aumento del registro de todos los movimientos y preferencias personales.

 

 

 

La idea de los tecnócratas y banqueros del Foro de Davos es la de convertir al mundo en un organismo donde prive el trabajo digital, un mundo con más tecnologías; pero con menos interacción y más frustraciones que quizá no responda a las expectativas y aspiraciones de progreso de una población educada y preparada.

 

 

 

En síntesis: un mundo donde cambie el concepto del trabajo y las relaciones laborales, donde el trabajador sea considerado un emprendedor (es decir un individuo solo) más vulnerable, sin ninguna representación sindical o legal, con relaciones contractuales precarizadas y donde las grandes empresas se consideren solamente intermediarias y no empleadoras. Es decir, un homo economicus que responde a la concepción espiritual y cultural de las sociedades anglosajonas. Un cambio más que profundo en las concepciones sociales y absolutamente extraño a la cultura judeocristiana e islámica.

 

 

 

Mientras hay mucha gente que hace un culto de la romanización de este tipo de relaciones laborales y de este futuro, nosotros preguntamos de la misma forma en que lo hizo Francis Fukushama en su artículo “El Ultimo Hombre”, si existe libertad cuando los derechos mínimos no están garantizados.

 

 

 

O si seremos llevados a este nuevo futuro de esclavitud conducidos como lo hacían los persas a sus esclavos, con cadenas de oro.

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