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Opinión #Opinión

¿Qué me incentiva?

Los incentivos pueden generar cambios increíbles en las actitudes que tenemos como individuos.

Los incentivos son disparadores que generan distintos tipos de actitudes, pensamientos y emociones en los individuos. Todo esto se traduce en conductas individuales, y por ende en las decisiones que vamos tomando y ejecutando en nuestro diario vivir.

Por ejemplo, ante una misma situación, podemos reaccionar de formas muy diferentes dependiendo de si los incentivos existentes están o no alineados con nuestros intereses. Pensemos un simple caso: nos indican realizar una tarea determinada, de la cual si la hacemos bien recibiremos un premio. En ese caso, seguramente tendremos más incentivos para concretar de forma correcta esa tarea, comparado con el hecho de no existir dicho premio. Por consiguiente, quien nos da el premio nos “incentiva”.

Cuando estamos invitados a una fiesta que para nosotros es importante, tenemos un incentivo a estar elegantes y quizá compremos un par de zapatos o una corbata o un vestido; que de no mediar este evento no habríamos realizado.

Cuando levantamos a nuestros hijos para ir a la escuela, o cuando lo hacíamos en la época pre-pandemia; era una tarea poco fácil generalmente pues los niños prefieren quedarse durmiendo dada su poca motivación para ir a clases. El día que les toca izar la bandera o que tienen una salida al campo, nos esperan despiertos desde temprano porque tienen un incentivo importante para salir.

En la economía, los incentivos son un pilar fundamental para entender la conducta tanto de quienes consumen como de aquellos que producen.

Las diferentes políticas económicas que definen los gobiernos, influyen en los incentivos que brinda una sociedad.

Cuando el gobierno decide implementar un impuesto sobre un producto determinado, los incentivos que tienen los consumidores se reducen; pues al aumentar los precios percibidos disminuye la cantidad que estarán dispuestos a consumir. Lo mismo ocurre con quienes producen dicho bien que ven reducidos sus incentivos ya que entre otras cosas, saben que habrá una menor demanda a satisfacer. (A lo largo de las próximas semanas profundizaremos el tema de los Impuestos y sus efectos en la sociedad).

Mientras más alta sea la carga impositiva, más distorsionados estarán los incentivos de la sociedad que consume y produce ese bien. En este sentido los gobiernos pueden ir motivando o desmotivando los deseos y beneficios de la sociedad por consumir y producir bienes /servicios orientando la demanda y la oferta hacia uno u otro sector. Un claro ejemplo de esto son los aranceles a las importaciones o las retenciones a las exportaciones.

El punto entonces radica en definir cuán genuinamente nuestros deseos están plasmados en lo que consumimos o producimos, dadas las distorsiones que tienen los diferentes mercados de bienes y servicios que se comercializan en un país.

En la medida que los gobiernos se involucran en los mercados, las posibilidades de materializar los “verdaderos” deseos se ven más lejanas pues los incentivos por consumir o producir dichos bienes o servicios son alterados en base a la intervención estatal.

¿Esto significa que el gobierno no debe involucrarse en un mercado determinado? No. Hay casos que sí ameritan la intervención del gobierno. En economía no todo es absoluto.

Lo que quiero significar es que, si queremos revelar las verdaderas valoraciones que tienen los individuos y la sociedad, por consumir o producir cualquier bien o servicio; los incentivos deben estar libres para que puedan materializarse en hechos. Para que estén libres los incentivos, la intervención del gobierno en el mercado debe ser nula (salvo en algunos casos específicos que no son motivo de esta nota). Inclusive nos podemos preguntar por qué el gobierno toma decisiones que involucran definiciones individuales de expresiones de deseos.

Estamos en un momento del país donde discutimos claramente si el gobierno debe o no intervenir más en la economía. Hay que tener claro, independientemente de un primer pensamiento simplista, que el mundo es un lugar globalizado, competitivo, productivo y creativo. Si queremos ser parte activa y aportante de este planeta, saber usar los incentivos es un pilar fundamental para insertarnos y crecer.

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