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Opinión #Opinión

Dólar, Pesos y Más!

Si hay un tema del cual casi todos en nuestro país hablan y de hecho siguen como algo habitual, es el valor del dólar.

 ¿Por qué el valor del dólar tiene tanta relevancia en una economía como la nuestra?  Evidentemente no hay una sola respuesta y de hecho podemos encontrar muchas explicaciones posibles.

 

Reforzando la pregunta anterior, incluso el dólar es importante en una economía como la Argentina, la cual no se caracteriza por ser muy abierta al comercio internacional de bienes y servicios donde la divisa norteamericana es prácticamente la moneda de cambio por excelencia. 

 

El dinero en cualquier país tiene algunas funciones básicas, estas son: 

 

 

Que funcione como medio de cambio: entrego dinero y me dan bienes o servicios.

Que sea unidad de medida de los bienes y servicios: en nuestro país como la moneda nacional es el peso expresamos en pesos los valores.

Que sea un depósito de valor: o sea una forma de acumular o atesorar riqueza para los actores económicos. 

Como en cualquier mercado normal, existe oferta y demanda. La oferta de dólares entre otras cosas proviene de:

 

 

Las exportaciones de bienes o servicios: Cuando los productores venden en el extranjero, reciben dólares como moneda de pago.

De inversiones productivas que realicen extranjeros en nuestro país: Ingresan dólares al país, los que son canjeados por pesos para realizar estas inversiones.

De inversiones financieras que se realicen en nuestro país: El extranjero compra títulos emitidos por el gobierno o empresas argentinas, pagándolos en dólares, o canjeando dólares por pesos según la modalidad del título.

La demanda de dólares la realizan los importadores de bienes o servicios, o aquellos que deciden invertir en el extranjero y deben realizarlo en dólares. Para ello, entregan pesos y  “compran dólares”. Los gobiernos, si toman préstamos en dólares también en algún momento demandaran esta moneda para devolverlos. 

 

Tratemos ahora de responder la pregunta inicial:

 

El dólar toma preponderancia en un país, principalmente cuando las empresas, los particulares y/o los gobiernos, demandan el mismo a cambio de entregar pesos. O sea, los agentes que componen la sociedad como un todo, se desprenden de pesos y a cambio de ello buscan dólares. 

 

¿Por qué? El problema no es el dólar; sino el peso.

 

Como mencionamos anteriormente, una de las funciones del dinero es constituirse en reserva de valor, una forma de acumular riqueza y claramente el peso no cumple con esta función. 

 

La sociedad busca preservar sus ahorros y sus riquezas en una moneda líquida (de la cual pueda disponer en forma inmediata), que no pierda valor como el peso y para conseguir este objetivo logrando tal  cobertura, se demandan dólares u otra moneda sólida.

 

Entonces: ¿qué motiva a gran parte de la sociedad a desprenderse de los pesos? La respuesta tiene que ver con la falta de confianza en nuestra propia moneda. Cuando ésta no se puede utilizar para cuidar el valor  de nuestra riqueza se busca una alternativa. En este caso, una moneda “dura”.

 

Por otra parte, muchos bienes y servicios empiezan a utilizar al dólar como unidad de cuenta, o sea se valúan en dólares en lugar de pesos.  

 

Por ende, dos de las funciones más importantes de nuestra moneda se ven severamente disminuidas. Estos son algunos de los motivos que incentivan la demanda de dólares.

 

La escasez relativa del dólar tiene que ver, entre otras cosas, con el exceso de pesos emitidos que circula en la economía: 

 

 

Mientras más pesos haya circulado, mayor inflación. 

El peso por ende pierde valor. 

Los agentes económicos buscan cubrirse de la pérdida de valor del peso. 

Compran dólares. 

Es lo que los economistas representamos con la frase “hay muchos pesos a la caza de pocos dólares”.

 

Todo esto, sumado a la falta de una política comercial agresiva que fomente las exportaciones de bienes y servicios para que ingresen más dólares. 

 

Si queremos tener un país sólido, seguro, estable, pujante, creciente, atractivo y generador de riquezas, no tenemos que restringir el acceso al dólar; sino que tenemos que resolver la confianza en nuestra moneda para que la misma vuelva a cumplir con todas sus funciones básicas plenamente. 

 

 

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