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Opinión #Opinión

Venezuela en su laberinto

Unas elecciones que no solucionan nada y solo ahondan la crisis política y económica. Venezuela enfrenta un futuro que la divide más.

El 6 de Diciembre se abrieron dos procesos electorales contrapuestos en Venezuela. Por un lado las elecciones generales convocadas por el gobierno y sus aliados para renovar las autoridades de la Cámara de Diputados (la Asamblea Nacional) y por el otro la consulta popular que se extenderá desde el 8 al 12 de Diciembre, del opositor y auto-declarado presidente Juan Guaidò donde se pregunta a los votantes si exigen el cese de la “usurpación” de Nicolás Maduro; y si convocan la realización de nuevas elecciones libres, justas y verificables rechazando las oficiales por fraudulentas. Asimismo, si ordenan adelantar gestiones ante la comunidad internacional para “rescatar la democracia”.

 

 

 

En este país, que medido a Marzo del 2020 tenía la inflación más grande del mundo y con un crecimiento negativo del Producto Bruto Interno de (-40%), debemos decir que ambas alternativas prometen lo mismo: un bajo nivel de asistencia y una nueva decepción al pueblo venezolano que acelerarán el colapso económico nacional. Elecciones de las que el pueblo piensa que sólo sirven para asegurar las estrategias para legitimar a ambos bandos políticos en pugna y sus aparatos de dependientes burocráticos y entenados que están enredados en sus propios intereses particulares, que distan mucho de las soluciones que Venezuela necesita.

 

 

 

Luego de ver las imágenes de los centros de votación vacíos donde se nota una abstención generalizada, podemos decir que los mismos están atestados de hambre, soledad y desprecio a la política; en las que los candidatos oficialistas han amenazado con cortar la ayuda alimentaria a las personas que no vayan a votar y premiar al mismo tiempo con una distribución discrecional de regalos provenientes de los programas internacionales de Naciones Unidas a las comunas con más asistencia.

 

 

 

Estas elecciones ya de por sì resultan sesgadas porque los rectores electorales fueron convocados por el consejo Nacional Electoral designado por la Corte Suprema de Justicia, en contravención a lo que dicta la Constitución Bolivariana de Venezuela que solo autoriza a que la misma sea designada por la Asamblea Nacional, en la que asimismo la Corte fue nombrada “a dedo” en un trámite express por el gobierno de Maduro. Además de la inexistencia de una actualización de los padrones electorales que dejan a gran cantidad de ciudadanos fuera de las mismas y con partidos políticos intervenidos cuyos líderes se encuentran inhabilitados para competir, es decir una irregularidad sobre otra. Es por esto que la Comunidad Europea y la Organización de Estados Americanos no reconocen el resultado de estas elecciones, lo que le añadiría más problemas políticos y económicos al país en un futuro.

 

 

 

Mientras que el gobierno de Venezuela ha conseguido para darle cierto sesgo de independencia al proceso, el apoyo de países  como Turquía, Irán, Rusia y personas amigas del régimen a nivel mundial, en un esfuerzo por tratar de demostrar una legitimidad que aparece como una burla y en la que solamente parece faltar a esta reunión de celebridades, Darth Vader.

 

 

 

Por otro lado tenemos la llamada “consulta de Guaidó” en la que la oposición espera obtener la participación de más de 7.000.000 de electores y que tampoco parece convocar debido a que la población se siente abandonada y traicionada una y otra vez por los políticos opositores, que nunca cumplen sus promesas siempre vacías. 

 

 

 

Estas promesas sólo les sirven a los políticos opositores para asegurarse suculentas remesas de dólares que les permiten sortear la crisis nacional y viajar gratis por todo el mundo. 

 

 

 

Estas sumas de dinero que fueron aportadas en parte para realizar esta consulta, tampoco aparecen y ponen a la misma en peligro de tal forma que varios de los responsables de llevar adelante la consulta no han cobrado sus sueldos y donde ya no hay dinero disponible para realizar las campañas, debido a peleas internas sobre quiénes son los que deben manejar los fondos dentro de los partidos de la oposición. Estos partidos presionan a Washington para que ni unos ni otros sean los recipientes de esta vital ayuda económica, lo que dificulta que la población sepa que la Consulta existe y en qué centros eleccionarios regionales se realizará la misma.

 

 

 

La población en general todavía tiene presente las acusaciones de malversación de fondos que recaen sobre los funcionarios opositores y la reciente e inexplicable salida del país de Julio López, que se encontraba refugiado en la embajada de España y quien luego de un acuerdo secreto con el gobierno Bolivariano pactó su salida del país dejando encarcelados y abandonados a su suerte a todos los militares y seguidores que lo acompañaron en su intentona revolucionaria hace más de un año.

 

 

 

Las discusiones entre la oposición llegan a tal punto que los líderes de los partidos de esta oposición, hoy como siempre están realizando campañas políticas segmentadas donde unos no invitan a los otros a sus mítines como pasó hace una semana donde el partido Acción Democrática realizó un acto en la Ciudad de Valencia, Estado de Carabobo, en la que no invitó a Juan Guaidó y lo dejó prácticamente hablando solo en otro acto político.

 

 

 

Es por eso que hoy la gente en la calle dice que la única fila que harán es la de tratar de conseguir nafta en un país con una de las reservas de petróleo más grande del mundo y en el que ya nadie tiene esperanza de un futuro mejor, solo resignación mientras ven hacerse millonarios tanto a aquellos que dicen defender la democracia como a aquellos que dicen luchar por la Revolución socialista.

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