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Opinión #Opinión

Suanda

En los negocios, la mayoría de las cosas son cuestión de sentido común.

 

 

Ahora bien, cuando llego a un país a instalar un negocio, ya sea uno nuevo o una sucursal de algo que ya tengo; debo comprender que el concepto de sentido común varía con las idiosincrasias estatales.

 

 

Hay cosas que pueden parecer lógicas y están muy bien en otros países; pero aquí...la realidad es otra. Argentina bien se podría llamar Suanda. Es por momentos Suiza y por momentos Ruanda.

 

 

Por ende, cuando a un cliente con un emprendimiento en otro país e intenciones de instalarse en el nuestro le solicitemos que brinde datos o que piense en algunas facetas atractivas de su negocio, a los fines de conseguir fondos acá, es de suma importancia tener esto en cuenta: van a instalar un negocio en Suanda.

 

 

En cierta ocasión fuimos contratados con otros dos consultores para facilitar el desembarco de una start-up que deseaba instalarse (finalmente lo hizo) en el país. Mi función era la de preparar el proyecto para obtener una de las líneas de crédito que había en el mercado. Los otros dos consultores se encargarían de la parte financiera. Juntos, debíamos además acompañar la adaptación cultural del proyecto.

 

 

Una de las cosas que se requería era realizar un “pitch” (una presentación para que el inversor evalúe la opción de invertir en el proyecto). La empresa presentó uno, con un negocio sumamente atractivo, con historia de éxito, y mostrando el equipo de trabajo que lo conduciría. La dirección estaba conformada en su mayoría por gente que vivía en otros países y trabajarían online desde el exterior. Adjuntaron un video conformado todo por extranjeros. En la presentación se veía a parte del staff con experiencia aquí y allá, y se contaba su función en el emprendimiento: fulanito director de esto, fulanita gerente de aquello y así uno por uno, todos jerárquicos.

 

 

El Gobierno argentino, a través de diversos organismos (Sepyme, Bco. Nación, etc.) suele facilitar fondos para empresas que quieran trabajar y generar trabajo acá en Argentina. En esa ocasión estábamos participando por un capital emprendedor que financiaba un 25% más que un fondo común. Pero no le van a dar dinero en Argentina, a un emprendimiento que el trabajo lo genere en otro país.

 

 

Por lo que le explicamos a nuestro cliente que si en una presentación para un organismo público hablamos de un equipo de trabajo, el equipo tiene que ser de argentinos. Y si hago un pitch para uno de estos organismos, los protagonistas tienen que ser gente que esté trabajando o vaya a trabajar en Argentina.

 

 

Por otro lado, el video mostraba personal muy capacitado, pero todos directivos. Hay una frase que dice “mucho cacique y poco indio”. Si todos los que conforman el equipo son gerentes de algo, uno se pregunta: ¿Quién hace el trabajo de calle en ese lugar?

 

 

¿Estos razonamientos le parecen lógicos, verdad? Si la respuesta es sí, es Ud. un típico ciudadano Suandes.

 

 

En un negocio importa la cabeza más que la tecnología, las maquinarias o el espacio físico… salvo en Suanda donde una garantía real pesa más que un Premio Nobel. Por eso, es importante en Suanda que los que están a la cabeza de un proyecto trabajen también en algo relacionado con la rutina del negocio. Aunque eso sea una pérdida de tiempo y eficiencia.

 

 

Por eso, aunque un negocio pueda mover muchísimo dinero en el país, el funcionario local bien podría exigir que la cabeza sea o esté en Argentina. Incluso más que el tener un impacto fuerte en la economía.

 

 

Sé que esto último suena ilógico; pero la lógica funciona en Suiza. Ruanda tiene otra lógica.

 

 

El proyecto se hundía y no porque fuese malo —de hecho tenía éxito en los otros países donde había desembarcado— sino porque un funcionario se aferraba a sus creencias por sobre los datos.

 

 

Así y todo, aún teníamos algo a nuestro favor: Él cobraba un sueldo a fin de mes. Nosotros íbamos a porcentaje del éxito. Y el tener que ser eficiente para poder comer te despierta una especie de instinto de supervivencia que hace que seas muy creativo.

Así que presentamos un proyecto “dos en uno”. Era a la vez un proyecto y a la vez un curso de “qué es lo que hace a un país productivo”, aunque esto último de una manera extremadamente sutil.

 

 

Para explicar una idea de negocios hay básicamente dos formas:

 

 

Una corta, simple, breve.

 

 

La otra es lo que llamaríamos una explicación normal, detallada, un poco más extensa.

 

 

Para tener éxito en Ruanda con la lógica de Suiza tengo que tener siempre preparadas las dos explicaciones.

 

 

Necesito tener las dos explicaciones…juntas. Primero la breve y luego la detallada. Y que el interlocutor decida cuál de las dos toma. Por supuesto que las dos explicaciones (la corta y la larga) deben decir lo mismo.

 

 

Bienvenidos a Suanda, donde el sentido común viaja adelante y atrás en el tiempo, a discreción.

 

 

Bienvenidos a Argentina.

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