Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Opinión #Empresas

La seducción del sapo

¿Para vender hay que gritar?

Agrandar imagen La seducción del sapo, por Hernán Kriscautzky
La seducción del sapo, por Hernán Kriscautzky

Qué lindas las noches de verano. El vientito fresco, la tranquilidad… bueno, salvo que tengas sapos junto a tu ventana. Los sapos lo arruinan todo. Se comen los mosquitos, si. Pero no te dejan dormir.

Y cuando sos economista que trabajas con emprendimientos, en algún momento la curiosidad te lleva a ver porqué cantan todos. Y ya no puedes dormir; pero esta vez de la intriga.

¿Por qué canta el sapo? Obvio, por una mujer.

Las hembras buscan para reproducirse a los sapos más fuertes. A mejor genética, más fuerte el sonido. Robert Frank se hace en su libro “Microeconomía y Conducta” la pregunta: “¿Qué sentido tiene entonces croar si no eres el sapo más fuerte?” En otras palabras: ¿Tiene sentido competir sabiendo que vas a perder?

Obviamente lo tiene, y los sapos en grupo aturden. (No me vengan los amantes de la naturaleza con que es bello el croar de los sapos a la noche. Yo amo los veranitos al aire libre; pero en algún momento quiero dormir). En definitiva, después de las 3 al único que beneficia semejante bochinche es a los mismos sapos, del más fuerte al más débil. Y todos croan. Hay hembras para todos… los que se animan a croar. Por eso el sapo mediano también compite, si no hiciese ruido en la oscuridad las hembras de la especie pensarían que es tan pequeño que no tiene voz, y perdería sus oportunidades de conseguir compañera. Además siempre hay un sapo más pequeño; por lo que todos se ven forzados a llamar la atención.

Pasa en la naturaleza… pasa en los negocios.

Porque la marca más fuerte hace mucho ruido; pero también deben hacerlo las marcas menores. Y una pregunta muy común es: ¿Por qué tengo que intentar llamar la atención si estoy compitiendo contra el más fuerte? Porque si te quieres mantener y no haces ruido, definitivamente el consumidor va a saber que sos muy débil. Como los sapos.

En el mundo de hoy no hay alternativa a la comunicación, lo haces por algún canal o no existes. O comunicas o te conviertes en una anécdota para los nietos: “Yo una vez hace algunos años tuve un negocio…”.

El sapo más fuerte canta y cantan los demás porque si te quedas callado el mensaje que mandas es que sos comercialmente irrelevante. Y ante la infoxicación de mensajes; como dije arriba aunque comuniques poco, siempre es mejor que no comunicar.

¿Que cómo puedo hacerlo con los pocos recursos que tengo? A un cliente respondo esa pregunta acercando un colega que se especializa en ese tema.

En cuanto a responder esa pregunta en un artículo…le dejo picando la pelota al columnista que tiene el Marketing como su metier.

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso