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La Provincia #ColumnaOpinión

Los neoliberales se quedaron sin su modelo estrella: el chileno

Análisis del fracaso del modelo económico chileno y su réplica en la región

El oasis del neoliberalismo latinoamericano acaba de estallar por los aires. Chile, el “eterno” ejemplo a seguir tanto por “liberales” como por fascistas como los Espert y los Milei, hoy muestra su verdadero rostro. Fueron más de 40 años de “ejemplo” exitosamente inoculado por la embajada de Estados Unidos, los medios de comunicación y cuanto ortodoxo conservador y reaccionario queramos enumerar (que hay para hacer dulce). Pero la verdad siempre sale a luz...

 

 

Una chispa inició el incendio. El último aumento en el transporte público fue esa chispa. Pero para propagarse a toda la sociedad de manera masiva, la pradera tenía que haber estado bien seca. El neoliberalismo implementado por la dictadura de Pinochet fue el encargado de resecar esa pradera durante décadas. Habría que agregar una nota de color, no menos importante. Gracias a las nuevas tecnologías (cámaras de celulares y redes sociales) fue que los mismos chilenos y el mundo entero se iban enterando e indignando con los sucesos y de esa manera se pudo amplificar la protesta. Los medios masivos de comunicación muestran solo una pequeña parte de las torturas y la represión que se vivió en estos días. De la cantidad de muertos, heridos y detenidos poco se sabe. Y lo hacen porque ya todo el mundo sabe de qué se trata. Solo cuando el escándalo es mayúsculo, los grandes medios concentrados de comunicación se dignan a contar la verdad. Ellos, los adalides de la libertad de expresión y defensores de la “institucionalidad y la república”.

 

 

Ninguna de las promesas del neoliberalismo se cumplieron en Chile (ni en ningún otro país, incluido el nuestro): crecimiento económico, redistribución del ingreso y fortalecimiento de las instituciones democráticas. Nada de eso ocurrió. Chile, como ya lo sabíamos los que podíamos ver los indicadores socio económicos y alguna vez pudimos visitar el país, tiene una de las sociedades más desiguales que se conocen. En la tabla de los países con mayores coeficientes de Gini (el indicador que mide dicha desigualdad) está entre los últimos países. No tan complicado como Brasil (otro de los ejemplos de muchos liberales, históricamente uno de los más desiguales del mundo) pero figura entre los peores. El 10% más rico se queda con el 30% de la riqueza y el 50% más pobre con el 2,5% de la riqueza! Chile tiene el mayor porcentaje de familias endeudadas del mundo. Créditos tras créditos tomados llevaron a esta situación de no poder pagar el boleto del transporte. El subte cuesta casi como el subte de Nueva York, cuatro veces más caro que el subte de Buenos Aires.

 

 

Chile tiene uno de los sistemas de educación más costosos del mundo. Los estudiantes deben endeudarse por décadas para devolver los créditos pedidos para financiar sus carreras de profesionales. La salud también es prohibitiva para el 50% de los habitantes. La salud pública es limitada y deficiente, casi exclusivamente destinada a atender las urgencias. La otra mitad de la población accede a un sistema de cobertura sanitaria eficiente, pero luego de cumplir con cuotas abusivas. El sistema de jubilación está privatizado en Chile. Luego de décadas de aportes exagerados, termina otorgando una jubilación que apenas llega al tercio de la canasta básica alimentaria (igual que los primeros jubilados en ese mismo sistema que nos dejaron Menem y Cavallo). El sistema chileno tiene leyes laborales de la época de la dictadura y el empleo está totalmente precarizado. Con un acostumbramiento a empleos de baja calidad, con escaso potencial de incorporación de valor agregado e inexistentes vínculos con la ciencia y la tecnología. El modelo chileno avala la primarización de la economía, el extractivismo (minería básicamente) y la especulación financiera como las características recomendables a la hora de la inserción internacional.

 

 

En Chile todo fue privatizado, hasta el agua, y desde sus fuentes (pozos, manantiales o del cielo). ¡No solo la que se distribuye por las redes sino hasta la que cae del cielo! Así como lo están leyendo. Si un inspector municipal de algún pueblito perdido encuentra a alguien acumulando agua de lluvia en un balde, le deja “un parte” (una boleta de impuestos).

Nada de esto podría haber ocurrido sin el terror aplicado por la dictadura de Pinochet. Cualquier atisbo de protesta fue siempre reprimida de la manera más brutal. Así es que el país posee una dirigencia política totalmente insensible, corrupta y obscenamente millonaria, votada por un escaso 26% de la población. Un expresidente chileno cobra 30 mil dólares, más que un expresidente norteamericano. Y muchos, como el actual Piñera, son exitosos empresarios además.

 

 

Con la verdad sobre la mesa uno se puede explicar mejor las intenciones de los supuestos intelectuales “liberales” locales persiguiendo el modelo chileno. Quedan así descubiertos sus reales intereses. Hacia ese mismo lugar íbamos con Cambiemos: soja, minería e hidrocarburos, flexibilización laboral, reforma previsional y laboral, extensión de la edad jubilatoria, AFJP con jubilaciones miserables, educación privada, salud privada, sin científicos ni escuelas técnicas. Pero tampoco Pymes industriales, solo importación, que tampoco fue barata, al contrario. Importado chino y encima caro! Todavía retumban las palabras de la gobernadora Vidal y el presidente Macri: “para qué queremos universidades por todo el país, si todos los aquí presentes sabemos que nadie que nace pobre, llega jamás a la universidad” (otra mentira más)... Hay que ver todavía si podemos volver a engrosar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS, “la plata de los jubilados”): de los 60 mil millones de dólares que nos había dejado el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Cambiemos liquidó más de 40 mil…

 

 

Los “operadores”, periodistas y políticos, seguirán añorando y deseando el modelo chileno. Espert, salido del closet de la economía a la carrera política, tendrá que esperar (por suerte sacó 5 votos). El pueblo argentino se dio cuenta a tiempo. Ojalá la lección nos dure. Estaremos observando lo que pase en Chile, Ecuador, Brasil, Bolivia y en el mundo entero, descubriendo estas falsas promesas y estos malos ejemplos.

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