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Deportes Eliminatorias Sudamericanas

El tiro del final

Resta un partido para conocer la suerte de la Selección argentina. La altura y Ecuador, los rivales a vencer. ¿Cómo haremos para ganar ahí?

Los niveles de adrenalina aún se mantienen altos. El partido con Perú ya pasó, pero no hay tiempo para la relajación. Ahora hay que posar los ojos en Ecuador, un rival que está eliminado, pero que tendrá la motivación de dejar afuera del Mundial a la selección argentina. Nada más y nada menos. Esto sin contar, claro está, con el aliado más importante que tienen: la altura (2.850 metros sobre el nivel del mar).

 

¿Cómo hacemos para ganar ahí el martes, donde históricamente nos cuesta horrores?

 

Las estadísticas no mienten. En el estadio Olímpico Atahualpa jugamos seis veces, tres derrotas, dos empates y sólo una victoria. La única alegría, aquella en la Era Bielsa, 2-0, con goles de Verón y Crespo (de penal). Aquel equipo era un “violín” y llegó al duelo con la tranquilidad de tener la clasificación bajo el brazo.

 

Ahora la historia es diferente, porque el equipo más necesitado es el nuestro, lo que implica que tendrá que arriesgar más de la cuenta para tratar de conseguir la victoria.

 

¿Y cómo se arriesga en la altura? ¿Cómo se hace para salir a atacar sin pensar que a la mitad del juego nos vamos a quedar sin aire, sin piernas o sin reacción? ¿Cómo se hace?

 

Presionar arriba (el caballito de batalla del DT) será algo muy difícil de sostener. Quizás se pueda realizar en el arranque del juego, pero esto puede tener su alto costo en el final. Ojo con esto.

 

¿Y entonces, cómo hacemos? La mejor opción sería jugar con mucha posesión del balón, avanzar en bloque, llegar con mucha gente y tratar de aprovechar alguna de las situaciones de gol que se nos presenten.

 

Sí, alguna chance vamos a tener, por los jugadores que tenemos, alguna chance vamos a generar, cómo no. No tengo dudas de ello. Eso sí, habrá que aprovecharla al máximo. No hay que fallar. Está prohibido fallar.

 

Al igual que el tan mentado duelo ante Perú en la Bombonera, este será otro partido estresante por donde se lo mire, porque tendremos los ojos ahí, pero los oídos estarán allá y por momentos la cabeza también estará más allá. En ese marco, todo puede pasar.

 

Me cuesta imaginarme un Mundial sin Argentina. Un Mundial sin el rey (Messi). Cuesta imaginárselo... Desde que tengo uso de razón, digamos desde Argentina ’78, siempre estuvimos. Mal, bien, con sufrimiento, en un repechaje, pero siempre, de alguna u otra manera, nos las ingeniamos para llegar a la cita ecuménica.

 

¿Cómo haremos ahora para estar? Esa es la pregunta del millón, porque nos cuesta convertir, nos cuesta jugar bien, el funcionamiento no es el que todos pretendemos y las respuestas anímicas (y si quiere también físicas) no son las mejores. Entonces…

 

Nos queda una vida. Un tiro, una sola bala. No hay que fallar.

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