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Deportes Eliminatorias Sudamericanas

Así de simple y sencillo

Argentina no tiene gol, producto de que no tiene funcionamiento. Llegar a Rusia está harto complicado.

Otro empate. Otra decepción que desnuda la seria falencia de la selección nacional. No sólo no tiene gol, que es algo que se cae de maduro y está reflejado en las estadísticas, sino que no tiene juego colectivo y, se sabe, una cosa va de la mano con la otra.

 

Está más que claro que con tener individualidades, de las mejores del mundo como las tiene la Selección, a veces no alcanza para desequilibrar a un rival prolijo, que achica espacios hacia atrás y que juega con casi 9 hombres detrás de la pelota (que puede ser el Perú de hoy o el Venezuela de hace un mes atrás).

 

Cuando no hay generación de juego, cuando no hay movimientos aceitados, cuando sólo se depende de la inspiración de un futbolista (Messi), todo se torna cuesta arriba. Muy cuesta arriba.

 

Entonces, no se trata de la cancha en la que se juegue (River, Boca, Córdoba, San Juan), no se trata de jugar con tres o cuatro atrás, tampoco si lo hace Higuaín, Agüero, Icardi, Benedetto o el nueve que usted quiera. Se trata de funcionamiento. Y cuando no hay funcionamiento, no hay nada. Así de simple. Cuando no hay movimientos, cuando no se generan espacios, cuando sólo se trata de juntar a buenos jugadores con una misma camiseta, y nada más, no hay muchas esperanzas de que las cosas vayan bien.

 

Dybala lo dijo, tiempo atrás: “es difícil jugar con Messi”. Todos lo criticaron. Nadie lo escuchó o leyó entre líneas. Dijeron que se sacó solo.

 

Lo que el cordobés en realidad dijo fue, lisa y llanamente, que ocupaba el mismo espacio que Messi, que jugaban casi de lo mismo, y que por poco no se chocaban en la cancha. En otras palabras, dijo que no había funcionamiento colectivo.

 

Y si no hay funcionamiento, si no hay juego, no habrá Mundial. Así de simple y de sencillo.

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