El 8-0 de River Plate a Jorge Wilstermann, por la Copa Libertadores de América, dejó importantes secuelas en el club boliviano y sembró de dudas el horizonte.
En la siguiente presentación por el campeonato local, tras aquel catastrófico 8-0, los hinchas del “Aviador” colgaron banderas con las que acusaban directamente al presidente del club, Grover Vargas, de haber “entregado” el partido.
"Varga$: el Rojo no se vende" y "Grover Vargas esta no te perdonamos", fueron algunas de las frases acusadoras, escritas en las banderas.
“Estoy haciendo un sumario interno. Obviamente no es normal el partido que tuvimos”, recogió el guante el mandamás del club. "Antes del partido con River, hablé con el cuerpo técnico y estábamos bien. A los jugadores yo los conozco, la mayoría están desde hace mucho tiempo conmigo, creo que son gente decente y pongo las manos en el fuego por ellos", agregó el presidente.
“Me duele y me da mucha rabia lo que pasó y la reacción de los simpatizantes. Investiguen lo que tengan que investigar. Nosotros somos gente limpia”, se defendió Vargas.
Dudas y más dudas. Allá y aquí, en nuestro país, aunque claro, aquí algunas opiniones son totalmente mal intencionadas.
En este sentido, el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, también se refirió al famoso 8-0. Y le echó más leña al fuego.
"La verdad es que no vi todo el partido. Tenía un compromiso y cuando puse la tele, River ya estaba ganando 4 a 0 (...). Después, vi un rato del segundo tiempo, unos 20 minutos. Y si bien River tiene buenos jugadores, el otro equipo parecía un equipo amateur", indicó. Fuerte declaración del titular “xeneize”, totalmente innecesaria y fuera de lugar.
“En el segundo tiempo no parecía un equipo profesional. Me sorprendió cómo jugó el Wilstermann. Por algo llegó a los cuartos de final de la Copa. Y no es común que a uno le hagan ocho goles y menos en una instancia tan importantes de la Libertadores. Pero bueno, hay días en los que no te sale nada…”, remató en Fox Sports Radio.
Más allá de las suspicacias y de las acusaciones, River fue una aplanadora esa noche. No dejó dudas. Jugó al máximo de su potencial y aprovechó cada error del rival para facturar.
Y le duela a quien le duela, el próximo 24 y 31 de octubre, el “millonario” jugará una de las semifinales de la Copa Libertadores de América ante Lanús. No hay otra.
Esa es la cruda realidad.
