Valeria Alejandra Gancedo era una añatuyense de 36 años que estaba desaparecida desde el martes en la provincia de Córdoba. Allí residía en un pueblo llamado Oncativo y su familia notó su desaparición entre la noche del jueves y la madrugada del viernes, más de 48 horas después.
Melisa Gancedo era hermana de Valeria. Dialogó con Nuevo Diario y no pudo ocultar su gran preocupación por lo que podía haber sucedido con su familiar, quien tenía una expareja denunciada en reiteradas ocasiones por hechos de violencia de género, y que actualmente tenía una prohibición de acercamiento hacia la víctima. Creían que él podía haberla secuestrado y en la tarde del sábado se confirmó lo peor: fue encontrada muerta y su ex fue detenido.
Leé también: Desesperada búsqueda de una añatuyense de 36 años: temen lo peorLa hermana de Valeria relató, antes del teiste final, que habían llegado anoche a Córdoba para hacer lo posible por ubicarla: "Todavía no sabemos nada de nada, no encontraron ninguna pista. A nosotros (la familia) el jueves nos llega un mensaje desde el celular de ella, donde decía que se iba para Añatuya con una familia amiga que reside en Oliva, un pueblo cercano a Oncativo, y que iba a salir tipo 2 de la tarde y nos lo iba a comunicar en su momento. Después me pone a mí, su hermana, 'estamos en camino', a las 14.06. A las 14.07 le contesto 'dale, te espero, negra', y nunca se le entregó ese mensaje".
Luego relató: "Al principio dije 'capaz que se quedó sin señal', pero se hicieron las 8 de la noche y no llegaba, las 10, las 12... Suponíamos que habrían quedado en algún pueblo a dormir para después seguir viaje. Al otro día (sábado) nada, y ayer viernes empezamos a preocuparnos mucho, comenzamos a hablar con gente de Córdoba, sus amistades, y se hizo la denuncia".
[{img:515500}]La víctima de un nuevo femicidio.Después contó que a distintas amistades de la desaparecida les llegaron mensajes en diferentes días, siempre avisando que en esa jornada viajaría a Añatuya: "Ahí nos enteramos, viendo mensajes que supuestamente ella mandaba a otra gente, que no era Valeria quien escribía y que desde el martes estaba desaparecida. No sé quién se hacía pasar por ella, porque nunca nos contestaba de manera cortante. Tampoco nos quiso atender llamadas, ni enviar audios; nos decía que solo le escribamos los mensajes. A una de sus amigas le escribió el martes diciendo que se iba a Añatuya porque tenía la abuela muy grave, y eso es mentira, mi abuela está de lo más bien. A otra le dijo el miércoles que viajaba, y a nosotros nos dijo lo mismo el jueves. Mi último mensaje nunca le llegó".
Las horas pasaron y la angustia crecía. Para concluir, Melisa contó: "Ahora estamos en Córdoba, desde la noche del viernes, y estuvimos con la Policía. No sabemos nada, nos comunicaron que ahora llegaba Gendarmería y Bomberos, para empezar la búsqueda."
Lamentablemente, el caso tuvo el peor desenlace posible, al confirmarse el femicidio.
