En una escalada de violencia que desafía el "alto al fuego" en Gaza, un ataque terrorista sacudió esta mañana a Jerusalén, dejando tres ciudadanos israelíes muertos y varios heridos. El grupo extremista Hamas ha asumido la responsabilidad del atentado, llevado a cabo mediante disparos indiscriminados en una parada de autobús cerca de la entrada a la capital de Israel.
Las víctimas mortales han sido identificadas como Livia Dickman, de 24 años y embarazada; Elimelech Wasserman, juez rabínico de 73 años de Ashdod; y Hannah Ifergan, de aproximadamente 60 años, directora de una escuela secundaria Bais Yaakov en Beit Shemesh. Este atroz acto de violencia ha conmocionado a la nación israelí, afectando a individuos de diversas edades y ocupaciones.
El grupo extremista Hamas ha asumido la responsabilidad del atentado, llevado a cabo mediante disparos indiscriminados en una parada de autobús cerca de la entrada a la capital de Israel.
Matías Mondschein, un santiagueño radicado en Israel, ofreció una perturbadora contextualización del ataque: "Bajaron del auto en la parada del colectivo y empezaron a disparar. Es increíble, porque no hay control de dónde son las chapas de los autos. Solo controlan cuando pasan los checkpoints. En Israel, cualquier auto puede circular. Estos dos individuos, provenientes de Jerusalén oriental, aprovecharon eso para llevar a cabo esta masacre".
El atentado, que tuvo lugar a pesar de las negociaciones de alto el fuego entre Israel y Hamas en Gaza, plantea preguntas sobre la efectividad de los acuerdos temporales en medio de tensiones sostenidas en la región.