A seis meses del fallecimiento de la reconocida intelectual Beatriz Sarlo, una controversia judicial se desató en torno a su herencia. Melanio Alberto Meza López, encargado del edificio donde la ensayista residía en el barrio de Caballito, se presentó como heredero del departamento tras entregar un testamento ológrafo —escrito de puño y letra— supuestamente firmado por Sarlo.
La autenticidad del documento será evaluada mediante una pericia caligráfica ordenada por el Juzgado Civil 91, a cargo del juez Carlos Hugo Goggi.
Sarlo, autora de obras como Una modernidad periférica, murió a los 82 años dejando un legado intelectual y patrimonial aún sin resolución. En febrero, Meza López presentó una hoja con dos textos fechados el 9 de junio y el 2 de agosto de 2024, en los que Sarlo supuestamente le delega el cuidado de su gata Nini y le cede su departamento. Ambos textos incluyen firmas y números de documento.
La situación complica el proyecto impulsado por el exmarido de Sarlo, el arquitecto Alberto Sato Kotani, y su círculo íntimo —compuesto por figuras como Sylvia Saítta, Adrián Gorelik, David Oubiña, Adriana Amante, Hugo Vezzetti, Ada Solari y Graciela Silvestri—, que planeaban constituir un fideicomiso cultural con los bienes de la escritora.
La intención era financiar una fundación destinada a preservar y difundir su legado, aunque los detalles del proyecto no se hicieron públicos.
El juez Goggi excluyó a Sato Kotani del proceso sucesorio tras un pedido del abogado de Meza López, pese a que el ex marido nunca se divorció legalmente de Sarlo desde su matrimonio en 1966.
En respuesta, el círculo íntimo de la ensayista publicó un comunicado solicitando la reincorporación de Sato Kotani como heredero, fundamentando su pedido en su vínculo continuo con la escritora, su rol en los últimos meses de vida de Sarlo y el objetivo de resguardar el archivo y la biblioteca en el CeDInCi (Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas).
Los allegados también alertaron sobre la aparición en venta, en una disquería porteña, de discos pertenecientes a Sarlo y a su última pareja, el cineasta Rafael Filippelli, fallecido en 2023. La denuncia se basó en un posteo realizado en la red social X por una influencer británica que reside en Buenos Aires, posteriormente eliminado. La sospecha recae sobre Meza López, único poseedor de las llaves del departamento, a quien acusan de estar vendiendo parte del patrimonio cultural de Sarlo.
“El resultado de todo esto es que, mientras se discute la validez del testamento presentado por Meza López, su acceso irrestricto al departamento le habría permitido disponer de bienes de Sarlo con fines comerciales”, advierte el comunicado.
El futuro del legado de Beatriz Sarlo podría quedar en manos de la Justicia. Si finalmente son rechazadas las pretensiones tanto de Sato como de Meza López, la Procuración General de la Ciudad de Buenos Aires —a cargo del doctor Martín Ocampo— podría intervenir como heredera vacante.
Mientras tanto, los amigos y colegas de Sarlo apelan a que la Cámara revierta la decisión del juez Goggi y restituya a Sato Kotani en el proceso sucesorio, para garantizar, según sostienen, la protección del legado de una de las figuras más relevantes del pensamiento argentino contemporáneo.
NA