Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Espectáculo Suplemento Cultura

Bebe Ponti: "Lo más bello de una canción es cuando nace libre"

Dueño y señor de algunas de las letras más hermosas del folclore argentino, tuvo un gentil e imperdible mano a mano con Nuevo Diario.

Resulta ambiguo pensar en el arte, en la poesía e impensado hacerlo sin estar involucrado en el pasado, en el presente, en el futuro, en las sensaciones, en el sentir y obrar del ser humano, que aparece y se esconde de ratos en la agonía, en el letargo, de la sinrazón y el devenir de las cosas cotidianas.

Allí justo donde nacen los versos más bonitos, los fragmentos que hacen de la esencia misma de la vida más sublime y pura; es poesía, es un suspiro; es la vida misma. "Para cantar he nacido, soy copla que el viento lleva, a veces canto en el árbol que se deshoja de pena, a veces bebo del fuego palabras de primavera...", dice Adolfo Marino "El Bebe" Ponti, dueño y señor de las letras más hermosas del folclore argentino, con quien gentilmente tuvimos un mano a mano imperdible.

ND- ¿Qué te inspira al momento de escribir?

BP- Me inspiran las cosas que suceden a mi alrededor: una mirada, un recuerdo, un amor imborrable, esos sentimientos tan orgánicos como la respiración. Me inspira la realidad cuando duele, un niño descalzo, una boca sin pan. La belleza nace de la carencia, como la vida surge del dolor. La poesía es un sentimiento sin anestesia, una emoción imposible de detener. Pero si no aparece la inspiración, hay que salir a buscarla porque suele ser un tesoro escondido en lo profundo del corazón.

ND- Después de escribir un éxito enorme como “Para cantar he nacido”, ¿has intentado superar esta prosa?

BP- “Para cantar he nacido” marcó un antes y un después en mi vida como poeta y autor de canciones. Su brillo, sin embargo, opacó muchas de mis otras creaciones. Tengo más de doscientas letras musicalizadas y grabadas, pero cada vez que escribo una nueva, el peso de “Para cantar he nacido” aparece como un parámetro inevitable. Aun así, lo más bello de una canción es cuando nace libre, sin otro cielo que no sea el de su propio vuelo. Porque yo soy más que esa obra emblemática: soy alguien que todavía sigue soñando con escribir la mejor canción.

ND- Luego de haber alcanzado el éxito, al escribir ¿se te cruza la idea que podrías estar haciendo otro gran éxito?

BP- Por supuesto. Si no tuviera el deseo de escribir otro gran éxito, no podría hacerlo con verdadera pasión. Cada vez que un artista como Peteco Carabajal —por nombrar solo uno— me comparte una melodía, le pongo letra con el mismo entusiasmo que sentí al escribir mi primera canción junto a Jacinto Piedra, “El incendio del poniente”. De ese mismo fuego creativo nacieron nuevas canciones que hoy forman parte del repertorio de nuestro ilustre hermano santiagueño, como la zamba “A Tucumán”, “El Escondido del Barquito”, “Luchar, amar, reír”, entre muchas otras obras que compartimos. Porque siempre creo, con esperanza y convicción, que la gran canción aún está por venir.

ND- ¿Qué sientes cuando escuchas que un artista de otras latitudes graba tus canciones?

BP- Siento muchas cosas. Una especie de vanidad íntima, difícil de compartir, y el reconocimiento a tantos años de trabajo. Pero, sobre todo, siento una profunda gratitud hacia la música, la poesía y los intérpretes que han elegido mis canciones para darles voz. No puedo dejar de mencionar que quien verdaderamente universalizó mi obra fue la incomparable Mercedes Sosa. A ella le debo mucho de lo que soy como autor de canciones. A ella y a todos aquellos intérpretes que al día dela fecha me siguen cantando.

ND-¿Cuál es la mirada que tienes de las nuevas generaciones y estas nuevas formas de abordar la realidad?

BP- Respeto profundamente a las nuevas generaciones de cantores, músicos y poetas; siempre estoy aprendiendo algo de ellos. Tienen la frescura de la primavera y una capacidad única para expresar la realidad actual, ya sea social, amorosa o intimista. Hoy, por ejemplo, los nuevos poetas sociales son jóvenes de veintitantos años, como Trueno, Wos, Dillon, Lali o Bruno Arias. No sé si poseen la misma profundidad poética que buscamos en nuestra generación, pero sí tienen el arrojo y la valentía necesarios para desafiar al poder. Un verdadero artista nace cuando encuentra su estilo y se planta firme frente al sistema. Esa ha sido siempre la historia del arte y la cultura: un constante desafío al poder. Como decía Bob Dylan, hay que seguir golpeando las puertas del cielo.

ND-¿Conociste Leo Dan?

BP- Sí, tuve la oportunidad de estar con él en varias ocasiones, pero tengo dos recuerdos inolvidables de Leo Dan. El primero fue cuando regresé de visitar a Borges, en 1982. Fui a buscar al poeta Felipe Rojas a un estudio donde Leo estaba grabando un nuevo disco en Buenos Aires. Cuando Rojas le contó que venía de ver al gran escritor Jorge Luis Borges, Leo detuvo la grabación y me pidió que le relatara la experiencia. El otro recuerdo imborrable fue cuando curó de palabra la rodilla del legendario Ricardo Bochini. Sin duda, Leo Dan ha sido uno de los santiagueños más famosos, y, según las palabras de Leonardo Favio, el mejor.

bebe ponti Jacinto Piedra Leo Dan
Seguí a Nuevo Diario Web en google news
Comentarios

Te puede interesar

Teclas de acceso