La frase, “Santiago no tiene riendas, pero sujeta”, puede utilizarse, pero en este caso. Hablamos de las raíces de una de las familias emblemas en la sonoridad de la cultura santiagueña, que es Los Hermanos Ábalos, y partiendo desde allí decir que dieron frutos en una directora y productora de cine quien es Josefina Zavalia Ábalos, que dialogó con Nuevo Diario sobre su último documental que le llevó 13 años de investigación y contacto con la santiagueñidad para hacer “Salidos de la Salamanca”.
- ¿Cómo surge la inquietud de reflejar en un documental una mirada santiagueña tan propia como la Salamanca?
- La inquietud surge cuando estaba preparando mi primer documental sobre Los Hermanos Ábalos, en un viaje de investigación a Salavina. Allí comencé a explorar el mítico lugar donde se dice nació la chacarera, y dónde la mayoría de los grandes músicos de nuestra historia, incluso Atahualpa Yupanqui, iban a aprender.
Ese viaje sembró una semilla en mí. La idea de asociar La Salamanca y La Chacarera, incluyendo el origen mágico de esa música y danza que da identidad al santiagueño.Esa experiencia de estar en el monte, de conocer testimonios que me transmitían saberes me infundió a crear documentales vinculados.
-¿Cuál es la conexión que tienes con los hermanos Ábalos?
-Los Hermanos Ábalos se presentaban por orden de cigüeña. Machingo, Adolfo, Roberto, Vitillo, Machaco.
Roberto era mi abuelo. El fue maestro rural y el último en unirse al grupo en formación en Buenos Aires. Fue maestro en el campo y me transmitió cierto saber y cierta picardía vinculada a la forma santiagueña de comprender su mundo. Con Vitillo, nos hicimos muy amigos más de grandes, a sus 88 empezamos a trabajar juntos e hicimos una película, una serie y un disco. Así que fue maravilloso para mí tener ese honor y ese destino.
-¿Cuánto tiempo te llevó proyectar este documental y cómo va “La voz ancestral? Este documental contando el tiempo de investigación llevo 13 años en total. -Las filmaciones de Salavina son del Tanicu 2010, parte del material de archivo de la película. Es decir, estás películas las forja el tiempo. Luego se construye una idea posible y mas o menos en el lapso de dos años se concluye. “La voz ancestral” (un nuevo documental) está naciendo. Hay mucho del universo de vidaleros y vidaleras y de la tradición quichuista con la que he conectado en esta gira de difusión de Salidos de la Salamanca.
-¿Dónde más lo presentaras en Santiago y en otro punto del país?
-La película recorrió escuelas de Loreto y Ayuncha, anduvo por Atamishqui, por Salavina, por el Patio de Froilan y en la Ciudad de Santiago. Acompañé cada función con músicos invitados. Fue una experiencia maravillosa que dejó abiertas muchas puertas de trabajo y proyectos en esto de recuperar el patrimonio cultural santiagueño, por el que tanto han trabajado mis abuelos. Además, este documental con impronta sangueña llegó a Festivales Internacionales de Punta del Este, Bafici, Arfecine, y está postulada en varios más.
Una realizadora que siente que su corazón late con ritmo de chacarera
Josefina Zavalia Ábalos contó cómo siente y absorbe la energia que le devulelven todos los que apreciaron su documentales. Y en ese plano comento: “Destaco la respuesta de los niños identificados con las escenas y la función en Salavina, dónde muy amorosamente me recibieron y el comisionado Guillermo Chazarreta hizo una declaración de Ciudadana Ilustre. Para mí es un compromiso fundacional con ese pueblo”, dijo.
Consultada acerca de cuáles fueron los momentos de gran satisfacción por sus realizaciones y documentales se abrió y se emocionó diciendo: “El estreno de “Ábalos, una historia de 5 hermanos” junto a Vitillo a sus 95 años con un homenaje de bombos y el reencuentro con los protagonistas de “Salidos de la Salamanca” en Salavina. Son momentos mágicos que marcan mi destino”, remarcó la documentalista.