A todos nos emociona incorporar un nuevo integrante a la familia. Las mascotas alegran el ambiente del hogar y mejoran el estado de ánimo de la familia casi instantáneamente. Además, está muy recomendado que los chicos crezcan junto con animales, ya que fortalece su sistema inmunológico y aumenta sus capacidades de socialización.
Sin embargo, apenas adoptamos un gato, sea bebó o uno adulto, es crucial tener cubiertos cuidados para evitar complicaciones a futuro. Sobre todo, es importante hacer chequeos médicos para saber en qué situación se encuentra nuestra mascota y cómo tratarla correctamente en caso de tener alguna enfermedad preexistente.
Cuáles son los chequeos veterinarios que hay que hacerle a un gato recién adoptado
Llevar a un gato recién adoptado al veterinario es esencial para garantizar su salud. Los profesionales destacan la importancia de acudir a una clínica especializada en felinos para una revisión exhaustiva. En la primera visita, se realizará un chequeo completo, que incluirá la desparasitación y vacunación para proteger al gato de enfermedades.
Además, se recomienda realizar pruebas para descartar enfermedades graves como el sida y la leucemia felina. Estas pruebas deben hacerse después de un periodo de cuarentena de al menos 28 días y a partir de los 2 meses de edad. Identificar estas enfermedades tempranamente es fundamental para la salud del gato.