Cada 2 de junio, Argentina celebra el Día del Bombero Voluntario, en homenaje a quienes, con vocación y entrega, dedican su vida a proteger a la comunidad frente a incendios, catástrofes y todo tipo de emergencias. Esta fecha conmemora la fundación del primer cuerpo de bomberos voluntarios del país, en 1884, en el barrio porteño de La Boca, bajo el lema “Querer es poder”.
A más de 140 años de aquella gesta, el sistema de bomberos voluntarios se ha convertido en un pilar fundamental de la protección civil en todo el territorio nacional. Hoy, más de 43 mil hombres y mujeres integran los cuarteles que se extienden por las provincias argentinas, trabajando de forma desinteresada y muchas veces enfrentando riesgos extremos sin más recompensa que el deber cumplido.
Además de su labor en incendios urbanos y forestales, los bomberos voluntarios cumplen un papel esencial en situaciones de rescate, evacuación por inundaciones, accidentes viales, emergencias con materiales peligrosos y desastres naturales. Su formación es continua y rigurosa, y su compromiso con la comunidad es permanente.
En este día especial, numerosas localidades del país realizan actos conmemorativos, desfiles, homenajes y reconocimientos públicos a los bomberos de sus comunidades. También se recuerda a quienes han perdido la vida en servicio, con minutos de silencio y ofrendas florales, en un gesto de respeto y gratitud por su entrega.
Desde las instituciones oficiales y organismos de seguridad, así como desde la sociedad civil, se destaca la importancia de contar con un sistema de bomberos voluntarios sólido, bien equipado y reconocido por su profesionalismo. Asimismo, se insiste en la necesidad de garantizar apoyo estatal, tanto en materia de recursos como en condiciones laborales y de seguridad para quienes conforman este cuerpo esencial.
