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El método finlandés para calentar la casa "sin gastar de más"

En uno de los países más fríos del mundo, el diseño de interiores se convirtió en una estrategia clave contra las bajas temperaturas. ¿Qué hacen los hogares finlandeses para conservar el calor sin abusar de la calefacción?

El Cuando se habla de temperaturas bajo cero, pocos países saben enfrentarlas como Finlandia. Allá, los inviernos son largos, oscuros y rigurosos. Sin embargo, la mayoría de sus habitantes logra mantener sus casas cálidas y acogedoras sin depender completamente de la calefacción eléctrica o a gas. ¿Cuál es el secreto? No está en aparatos sofisticados, sino en una serie de decisiones prácticas que combinan diseño, materiales y costumbres cotidianas.

El modelo finlandés se está mirando cada vez más de cerca en otras partes del mundo, especialmente en contextos donde el precio de la energía sigue en aumento. Y en Argentina, donde el invierno ya se empieza a sentir y las tarifas generan preocupación, este tipo de estrategias pueden ser una opción accesible y eficaz.

En nuestro país, muchos hogares no están diseñados para retener el calor. Las construcciones con paredes delgadas, ventanas simples y techos sin aislación hacen que la calefacción se pierda rápidamente, obligando a mantener los artefactos encendidos más tiempo.

En Finlandia, las casas no solo están preparadas para el frío: están pensadas para enfrentarlo. La clave está en la aislación térmica, tanto en las paredes como en techos, pisos y ventanas. Esto evita que el calor se escape y que el frío se filtre.

¿Cuál es el truco de los finlandeses?

El secreto está en cubrir las ventanas con una lámina de plástico transparente, una barrera sencilla, pero efectiva que impide la fuga de aire caliente y ayuda a conservar la temperatura interior. Sin embargo, para aplicar este truco de forma segura, es fundamental asegurar una buena ventilación en el ambiente, especialmente si se utilizan estufas a gas o leña, ya que la acumulación de gases u olores puede volverse peligrosa.

Gracias a esta práctica económica y accesible, muchos hogares en Finlandia logran mantenerse cálidos sin depender tanto de calefaccionadores eléctricos o sistemas de alto consumo energético.

La experiencia finlandesa demuestra que no siempre hace falta aumentar el consumo para estar cómodo en casa. A veces, la solución está en pequeñas acciones sostenidas y en un cambio de mentalidad frente al frío.

En un contexto en el que cada peso cuenta, buscar maneras eficientes de conservar el calor puede ser tan importante como encender la estufa. Y si además ayuda al medio ambiente, mejor.

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