Este riñón artificial, creado dentro del seno del “Proyecto Riñón” está destinado a tratar la enfermedad renal en su etapa final y ofrece una nueva vía de tratamiento para aquellas personas que están a la espera de un trasplante.
El riñón artificial posee filtros de silicio y células vivas y funciona bajo los impulsos del corazón. Combina elementos electrónicos y orgánicos y es de tamaño similar al riñón humano.
De esta manera los pacientes van a tener una mejor calidad de vida puesto que este riñón filtrará su sangre y así se evitarán las visitas semanales al hospital para recibir hemodiálisis, un tratamiento que tiene entre tres y cinco horas de duración.