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CIUDAD CON DUENDE

???El duende alude a ese encanto misterioso e inefable. Es un encanto que no se puede traducir en palabras, a esto se refiere ese duende de la ciudad???, dijo su autor en referencia al encanto y misterio que tendrían las viejas ciudades.

Agrandar imagen Letras.
Letras. Crédito: Raúl Lima, escritor insoslayable que desde el cuento subyuga con el encanto misterioso e inefable de Santiago.

 y Por Ariel Sequeira

 

“Según Borges, un buen cuento consiste en una nítida formulación del comienzo y del final. Cada uno de los cuentos que Raúl Lima ha reunido en este volumen de cortés formato surten comedidamente a esta tradición. Escritos con precisión y elegancia, la argumentación es inexorablemente gentil y racional, memoriosa e inteligente”, tal fue la definición de Juan Carlos Rímini en su prólogo a la primera edición de este libro que hoy el Suplemento de Cultura de Nueva Diario presenta como imprescindible. La feliz reedición de este volumen de cuentos nos invita a la relectura infinita de una geografía urbana misteriosa, desbordante de un encanto que atraviesa centurias y que lejos de develar sólo secretos, nos colma de una curiosidad primigenia, original.

Su primera edición data de 2001. Haciendo memoria podemos rescatar que el panel de presentación en esa oportunidad estuvo integrado por Andrés Rivas, Luis Alén Lascano y Juan Carlos Rímini. Por aquellos años los estudiantes del profesorado de literatura comenzaron a trabajar con sus cuentos. En algunas escuelas secundarias también se tomaron estos textos.

La nueva edición suma ocho cuentos inéditos. Es importante destacar que esta reedición fue llevada adelante por la Subsecretaría de Cultura de la provincia. Como se sabe este trabajo fue presentado oficialmente en la última edición de la Feria Provincial del Libro. Con el libro reimpreso su autor destacó: “Creo que es la obra que va a perdurar más; si los siguen usando en las escuelas mantendrá su vigencia”.

 

 

Para el autor en sus páginas se enseña historia de una manera amena; “se trata de cuentos; y no hay errores ni anacronismos que pudieran confundir al lector”. Sin embargo deja en claro que no es un libro de historia. “Son cuentos y por lo tanto interviene la imaginación del autor, aunque muchos se basan en hecho reales y tienen la característica, salvando la distancia, como Misteriosa Buenos Aires –de Manuel Mujica Láinez- el pie forzado la ciudad de Santiago del Estero”, destacó Lima.

 

 

Algunos llegaron a incurrir en el error de cambiar el nombre del libro de Lima, asignándole un plural a duende -Ciudad con Duendes- El propio autor aclara que es y fue desde su primera edición: Ciudad con Duende. “Referirse en plural es cambiarle el sentido al título, porque originalmente alude al encanto misterioso e inefable. Es un encanto que no se puede traducir e palabras, a esto apunta ese duende de la ciudad”, dijo su autor en referencia  al encanto y misterio que tendrían las viejas ciudades. Ciudades con misterios como los túneles tantas veces descriptos en las entrañas de una antigua ciudad nunca confirmados y jamás desmentidos.

 

 

Lima que no nació en Santiago del Estero, reconoce que advirtió el duende de la urbe desde el primer momento que arribó a la Madre de Ciudades. “Lo que primero me atrajo fue la manera de vivir en esta ciudad, con sus pausas del mediodía y la siesta. Siempre me resultó grata la vida en Santiago”.

 

 

Al momento de distinguir sobre el abordaje de la historia a través de la literatura, Lima remarca que una cosa es el anecdotario histórico, al estilo por ejemplo de Sara Díaz de Raed y otra muy distinto el cuento. “En el cuento, ya histórico o no, debe intervenir la imaginación del autor; por tanto es un género muy complejo porque se presenta el fantasma de la página en blanco”, señaló. Al profundizar reconoce que en una novela siempre se puede agregar algo, “mientras que en el cuento si no hay inspiración, no se puede agregar nada”.

 

 

Sobre esa reflexión rescató aquella vieja expresión: cuando  venga la inspiración que me encuentre trabajando. “En el cuento como decía Jorge Luis Borges, se debe saber con claridad el comienzo y el final. Todo está a la luz del final que se persigue; en el medio se puede improvisar, pero principio y fin debe estar definidos antes de empezar a escribir”.

 

 

Lima cree con firmeza en la diferencia entre cuento y relato. Como paradigma del relato citó a Jorge Washington Abalos. Por su parte y aún sin editar, guarda entre sus escritos el titulado “Manual para escribir un mal cuento”, se trata de una ironía que por contrario explicaría como confeccionar un buen cuento. “Uno de los defectos más comunes en estas lides, es tener por valida toda experiencia personal, y no es así, porque lo que le pasa a uno, no necesariamente le interesa a los demás”, dijo.

 

 

De esa manera aseguró que cuando se elige el material para un cuento, no vale usar lo que se soñó la noche anterior o la discusión con el cajero del banco; por el contrario como dice Juan Bosch –ex presidente de República Dominicana y literato- tiene que ser algo de indudable interés.

 

 

El libro ofrece algunos cuentos cuyas anécdotas tienen un fundamento real. Refiriéndose a su cuento El Viaje, donde se relata el suplicio del enchalecamiento del capitán Santiago Herrera; “esto ya lo contó Abelardo Arias en Polvo y Espanto y lo relató muy bien, por eso para construir un cuento debía presentarlo de manera distinta y la clave fue contar el hecho visto desde adentro de la pelota de tormento”. Cabe destacar que este en particular fue premiado a nivel federal en su momento.

 

 

Embargado de humildad se refiere así mismo y a los de su generación, quizás tal vez, como “escritorsuelos” de provincia.

 

 

Generalmente se compara al cuento con la novela y en realidad se parece más al poema, dice Lima con ánimos de revelación. Recuerda que Julio Cortazar decía que el cuento era parangonable a una fotografía, mientras que la novela a un film. De igual manera repasa a Jorge Luis Borges, “quien considera que en general, el cuento, es mucho más difícil que la novela; a modo de ejemplo recuerda que el autor del Aleph decía que se podía escribir una novela de trecientas páginas en sólo tres meses, pero no se pueden escribir diez cuentos de treinta páginas de igual manera, aún cuando se totalicen igualmente trecientas hojas”.

 

 

Insiste en destacar que la novela exige otro tipo de disciplina. Por ese camino de escrutar los diferentes estilos, recordó que llegó a la literatura quizás “tarde”, como se sabe es abogado de profesión; fue magistrado y docentes universitario.

 

 

Al momento de recomendar literatura rescata de W.W. Jacobs, La Garra de Mono (The Monkey´Paw); “de este cuento se hicieron innumerables obras de teatro”. De la misma manera tomó de una antología de Borges y Bioy Casares, “Enoch Soames”, literatura fantástica e imperecedera, remarcó el autor santiagueño. A esta altura de la entrevista Lima se anima a deslizar algunas críticas al mismo Borges, “por ciertos alardes de erudición”, sin por esto dejar de prodigar su admiración y respeto.

 

 

Sobre el oficio de escritor, recordó aquel preconcepto ostentado hace algún tiempo, por el cual sólo se distinguía como tal a quien escribía su primer novela, como condición sine qua non; “con esa premisa se podía haber escrito cuentos muy buenos, pero sino tenía una novela todavía no era escritor”.

 

 

Con esas ideas rescató a Vicente Cayetano Fiorentino, “un excelente cuentista, autor de Shishilo, que es el equivalente a Shunko en novela, y sin embargo tampoco incursionó en el género que para algunos daría chapa de escritor.

 

 

Al hablar con Lima inmediatamente surgen nombres de grandes escritores que jamás abandonaron su terruño y sin embargo alcanzaron la consideración de los lectores más allá de las fronteras donde volcaron sus afanes, como Héctor Tizón, desde Lagunas de Yala en Jujuy y Juan Filloy, quien jamás abandono Río Cuarto –Córdoba-.

 

 

Lima se define como una fanático de la corrección. Destacó que en tiempos del auge del microcuento y las redes sociales; “el cero costo y la facilidad que implica subir estos escritos a las redes son un arma de doble filo, así se pierde calidad porque cualquiera sube cualquier cosa”.

 

 

El autor es categórico cuando asegura que más que en cualquier otro género, en el microcuento, “es donde más se debe corregir”.

 

 

Abrimos con el prologo de Rímini y cerramos con otro extracto de ese mismo escrito: “Llevando vividos en esta ciudad casi cuarenta años… aprendió a quererla entrañablemente. Como aquel que descubre que el sabor de los frutos de un árbol no depende del aspecto del paisaje que lo rodea, sino de la invisible riqueza del terreno. De ese inasible vínculo amoroso nació primero una atrapante curiosidad por su historia y ahora libro perdurable".

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