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Bruxismo: qué lo causa y cómo se lo puede combatir

Este hábito involuntario y mecánico hace que los pacientes aprieten los dientes a modo de compresión, lo que se produce con más frecuencia durante la noche y afecta el descanso.

Los altos niveles de estrés, mala alimentación, depresión, sedentarismo, un sueño poco reparador y malas posturas en el trabajo tienen diversas consecuencias en nuestro organismo. Una de ellas es ese mal conocido como bruxismo, un hábito involuntario y mecánico que hace que los pacientes aprieten los dientes a modo de compresión, y esto se produce con más frecuencia durante la noche, en la hora del sueño, lo cual marca un malestar en la persona y un mal descanso.

 

En los últimos años hubo un aumento de esta afección en los niños, debido a patologías neurológicas o por la sobre exigencia en el ámbito escolar. De acuerdo a las cifras aportadas por la Asociación Argentina de Kinesiología (AAK), lo padecen 1 hombre por cada tres mujeres.

 

Si bien es más común recurrir al odontólogo, que receta una placa semi dura relajante y una medicación acorde, el tratamiento adecuado es totalmente integral. Dado que el bruxismo afecta las funciones respiratorias, masticatorias, deglutorias y fonatorias, es necesaria una intervención conjunta de todas las especialidades médicas y afines que se puedan ocupar de él (odontología, psicoterapia, kinesiología, médico de cabecera, estomatología, fonoaudiología, psicología, etc.).

 

Síntomas a conocer

 

En cuanto a los síntomas que presenta este hábito involuntario, algunos son desgaste dentario: esto debe ser evaluado por un odontólogo para constatar que el desgaste es consecuencia del bruxismo y, más aún, de episodios recientes, dolor dental y muscular, sensación de cansancio, sensibilidad y rigidez mandibular, como consecuencia de la hiperactividad y la sobrecarga muscular y articular puede haber también dolor de cabeza, sobre todo en las sienes, la parte posterior del cuello, hombros y la zona superior de la espalda, en algunos casos, hay un mayor desarrollo de la musculatura involucrada, lo cual hace que el rostro del paciente se torne más cuadrado, dificultad o molestia al morder o masticar y chasquido al abrir o cerrar la boca y dolor facial y de oído.

 

En tanto, el diagnóstico de esta afección se realiza en base al examen clínico y con estudios complementarios realizado por el odontólogo apoyado por el relato del paciente o una persona cercana confirmando el bruxismo.

 

Diversos tratamientos

 

Lo cierto, es que el tratamiento kinésico es indispensable y necesario ya que, al tratarse de una alteración mecánica articular, la intervención debe realizarse en forma precoz. Para esto, el kinesiólogo realiza una evaluación y un examen físico detallado con el fin de poder diagramar un programa terapéutico acorde. En esta evaluación se valora el movimiento mandibular y músculos masticatorios, región cervical y postura corporal general.

 

Existen varios tratamientos relacionados con esta área y en este sentido, la kinesiología trabaja muy de cerca con la osteopatía u otras terapias complementarias para la rehabilitación cráneo sacra. También se pueden aplicar sesiones de campo magnético que alivian el dolor y hacer tratamientos de psicoterapia, dado que, muchas veces, las causas pueden ser somáticas o psicológicas.

 

Para ello, se realizan diferentes tipos de técnicas de relajación, ejercicios posturales y RPG, maniobras intrabucales y fisioterapia. En algunos casos, hacer yoga también puede resultar beneficioso como una técnica alternativa ya que la meditación ayuda al organismo en todo sentido.

 

Objetivos claros

 

Más allá del tratamiento que se pueda aplicar a un paciente, existen una serie de objetivos kinésicos principales para tratar el bruxismo: ellos son reducir el dolor para mejorar la calidad de vida del paciente, abordar las estructuras vecinas implicadas para mejorar la relación entre ellas, impedir la retracción y adherencias de las partes blandas de la articulación, mejorar la postura en general para disminuir la sobrecarga articular y muscular, restablecer la correcta funcionalidad y armonía entre las estructuras implicadas y educar al paciente en cuanto a su condición y brindarle consejos y herramientas para su autocuidado y para complementar la terapia kinésica en su hogar.

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