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Así resolvería la inteligencia artificial los problemas económicos de la Argentina

Olvídate de la campaña, aquí está la receta definitiva.

Como casi seguramente saben, en estos días de campaña estamos oyendo a muchos economistas explicar cómo resolvemos este desastre en el que nos encontramos. Por desastre me refiero a que en la octava nación más grande del planetaprácticamente despoblada, de una riqueza casi insolente exportadora manirrota de cerebros tengamos 40% de pobreza.

 

 Es un insulto para todos los que hemos hecho un esfuerzo consciente y constante durante todas nuestras vidas para ver a esta nación próspera, luego de la vuelta de la democracia. Lo más agraviante es que mientras la degradación de nuestra sociedad nos sacude con cada noticia, cada mañana, la dirigencia sigue declamando lo que habría que hacer (modo potencial) y sigue hablando en tiempo futuro. La escena, quiero que entiendan mi indignación, se viene repitiendo desde que era un niño. El futuro del que hablaban cuando yo tenía 12 años ya pasó hace rato. Estamos en el futuro del futuro del futuro, y estamos muchísimo peor.

 

 

Así que ahí estaba, de nuevo, oyendo a un economista explicar cómo arreglamos este desastre. Como en otras ocasiones, me pareció que lo que estaba diciendo era de lo más razonable (no pretendía dinamitar nada ni privarnos de una moneda soberana, por ejemplo). Me explico: era razonable incluso para mí, que soy un cero a la izquierda en asuntos económicos y que me guío por dos reglas inapelables: no compro en cuotas y no gasto más de lo que gano. Soy consciente de que la economía es una ciencia compleja, pero, incluso así, lo que esta persona decía tenía todo el sentido del mundo. Además, con todo respeto, no estábamos hablando del diseño de tokamaks. Estábamos hablando de plata.

 

 

Entonces me dije algo que para el politólogo de fuste debe ser obvio, lo mismo que para los economista promedio y para el funcionariado de alto nivel:  (Para que esto no sea otra simplificación más, dejo un artículo de Juan Carlos de Pablo sobre el Banco Central, su independencia, la inflación, las políticas económicas y demás. Solo para que quede claro que mirado de cerca toda disciplina es compleja.)

 

 

Por qué no queremos resolverlos es otro asunto, muchísimo más complejo. Sobre todo, y disculpen mi impericia en estos temas, tengo la impresión de que no es tanto un problema económico, sino uno de voluntad política. La frase  han de haberla oído unas 24.000 millones de veces desde 1983 para acá, y supongo que a ustedes también les suena algo opaca. Traduzco: quiere decir que . O, al menos, que tiende a cero.

 

 

En total, concluí, la solución está ahí, al alcance de la mano. No puede ser que haga 40 años que oiga las mismas recetas, y cada vez estemos peor. Entonces se me ocurrió una idea. Ya que estamos preguntándole a la IA toda clase de tonterías, le pedí a  que me explicara de la forma más simple posible qué debe hacer la Argentina para resolver sus problemas económicos. ¿Están sentados? Esto me respondió, literal:

 

 

 

Promover la responsabilidad fiscal. Es importante que el gobierno administre sus finanzas de manera prudente. Deben enfocarse en reducir los déficits presupuestarios, controlar el gasto público y evitar un endeudamiento excesivo. Esto puede ayudar a estabilizar la economía y restaurar la confianza de los inversores.

Fomentar la inversión y el espíritu empresarial. La Argentina debe crear un entorno propicio para los negocios con el fin de atraer tanto inversión nacional como extranjera. Al reducir obstáculos burocráticos, simplificar regulaciones y ofrecer incentivos, el país puede estimular el crecimiento económico y la creación de empleo.

Diversificar la economía. La Argentina ha dependido tradicionalmente en gran medida de las exportaciones agrícolas, en particular la soja y la carne vacuna. Si bien estos sectores son importantes, es fundamental diversificar la economía para reducir la vulnerabilidad a los impactos externos. Fomentar la innovación, apoyar industrias como la tecnología y la energía renovable, y promover el turismo pueden contribuir a una economía más sólida y resistente.

Mejorar la infraestructura. Una infraestructura adecuada es crucial para el desarrollo económico. La Argentina debe invertir en la modernización de las redes de transporte, incluyendo carreteras, ferrocarriles y puertos, así como mejorar el acceso a energía confiable e internet de alta velocidad. Estas inversiones pueden impulsar la productividad, facilitar el comercio y atraer más inversiones.

Mejorar la educación y el desarrollo de habilidades. Una fuerza laboral bien educada es esencial para el progreso económico. La Argentina debe priorizar la inversión en programas educativos y de capacitación para mejorar la calidad de su capital humano. Esto ayudará a crear una fuerza laboral más competitiva, capaz de adaptarse a las demandas cambiantes del mercado.

Abordar la corrupción y fortalecer las instituciones. La corrupción ha sido durante mucho tiempo un desafío en la Argentina. Socava la confianza, desalienta la inversión y obstaculiza el crecimiento económico. Enfrentar la corrupción y fortalecer las instituciones, como el poder judicial y las fuerzas de seguridad, es fundamental para crear un entorno transparente y responsable que fomente el desarrollo económico.

Fomentar la cooperación regional e internacional. La Argentina puede beneficiarse al colaborar con sus vecinos regionales y socios internacionales. Al promover acuerdos comerciales, participar en iniciativas regionales y buscar inversiones extranjeras, el país puede acceder a nuevos mercados y recursos que contribuyan a su crecimiento económico.

Estas son solo algunas sugerencias para comenzar. Resolver problemas económicos lleva tiempo, esfuerzo y cooperación de las diversas partes interesadas. Es esencial que el gobierno, las empresas y la población trabajen juntos hacia un objetivo común de prosperidad y estabilidad.

 

Ah, pero la inflación

Observarán que el modelo de lenguaje, que no está pensando, que no es economista, que no vive acá, que no paga impuestos, que no le preocupa llegar a fin de mes, que no vive con miedo a que lo asalten ni tiene su casa enrejada como un búnker, . Más allá de que la palabra ajuste debería ser bienvenida (padecí varios, no me miren con esa cara), porque significa que si desajustamos algo, entonces hay que ajustarlo, el caso es que las repuesta que me dio la IA podrían esconder una maléfica intención se hacer sufrir a los más vulnerables en pos de mantener una hegemonía economía basada en privilegios espurios.

 

 

Así que le hice una pregunta más peliaguda: ¿cómo terminamos con la inflación, muchacho? Como los textos de GPT son muy aburridos (necesita tomar clases de estilo urgente), y como hay varias partes de esta respuesta que, previsiblemente, se solapan con la anterior, he abreviado un poco. Debe notarse, además, que GPT tiene datos de inflación de la Argentina hasta 2021; así que, pobre, hay momentos en los que podría pecar de ingenuo. Pero no. Fíjense lo que me dice. Aparte de hacer hincapié en la disciplina fiscal (reducir los déficits presupuestarios y controlar el gasto público, no tomar deuda, dejar de emitir), promover la productividad mediante incentivos (en lugar de castigos) y la mejora de la infraestructura, apunta, impasible, lo siguiente:

 

 

 

Política monetaria. El banco central desempeña un papel vital en el manejo de la inflación. Puede aplicar una política monetaria más estricta aumentando las tasas de interés para reducir la oferta de dinero y frenar las presiones inflacionarias. Esta medida tiene como objetivo reducir la liquidez excesiva en la economía.

Estabilidad del tipo de cambio. Mantener un tipo de cambio estable es esencial. Las frecuentes devaluaciones de la moneda pueden agravar las presiones inflacionarias. Una política de tipo de cambio consistente y transparente puede ayudar a restaurar la confianza en la moneda.

Control de salarios y precios. Aunque sea tentador, imponer controles de precios y regulaciones excesivas sobre los salarios generalmente no es efectivo a largo plazo. En cambio, las políticas deben centrarse en crear un entorno macroeconómico estable, fomentar la competencia en el mercado y promover el crecimiento de la productividad.

Fortalecimiento de las instituciones. Una gobernanza sólida y instituciones fuertes son fundamentales para mantener la estabilidad económica. Asegurar la transparencia, la responsabilidad y el estado de derecho puede ayudar a fomentar la confianza de los inversionistas y crear un entorno empresarial favorable.

Redes de seguridad social. Mitigar el impacto negativo de la inflación en las poblaciones vulnerables es importante. Implementar redes de seguridad social dirigidas puede ayudar a proteger a quienes se ven más afectados por el aumento de los precios, garantizando que se satisfagan sus necesidades básicas.

Comunicación y credibilidad. Construir confianza y credibilidad es esencial para implementar medidas efectivas contra la inflación. El gobierno debe comunicar sus políticas de manera clara, ser transparente sobre sus objetivos y demostrar su compromiso con la estabilidad a largo plazo.

 

Y por último me manda a consultar con economistas y especialistas en control de la inflación. Observen que nuevamente lo que dice es bastante de sentido común, parece un economista en campaña y, además, le dedica un párrafo a los costos sociales de estos ajustes que la economía argentina necesita. No dolariza, no dinamita el Banco Central, no asfixia al exportador ni a la pyme, no impone cepos, no controla precios, ni mucho menos recurre a la sarasa. Y, además, sabe que todo ajuste tiene un costo, así que, lo pone en la lista de cosas por abordar.

 

 

No más preguntas, GPT.

 

 

 

 

 

 

Ariel Torres, La Nación.

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