El pasado ocho de diciembre, Javier Naranjo (25) fue asesinado por un grupo de jóvenes en una gresca barrial, en la ciudad de San Luis. El crimen se dio en las puertas de su casa y con su mamá presente, cuando lo empezaron a correr en patota y le pegaron un tiro en la cabeza, matándolo en el acto. No conformes con el hecho delictivo, los asesinos siguen prófugos, amenazan a los fiscales y hasta se burlan del fallecido en las redes sociales.
En las horas previas al asesinato, Javier Naranjo había intercambiado insultos y palabras con el otro grupo de personas. Según cuenta su familia, lo empezaron a correr tirándole piedrazos, botellazos y hasta balazos, y cuando estaba llegando a su casa donde se encontraba la madre, recibió un disparo en la cara, en uno de sus ojos, que le perforó el cerebro y mató al instante al joven.
Los enfrentamientos venían de antes, y aseguran que era una bronca entre familias, con distintos acontecimientos violentos en el pasado cercano. Pero ningún enfrentamiento fue tan sangriento como el del pasado ocho de diciembre a la madrugada, con la pérdida de una vida.
“Nosotros habíamos salido a buscarlo porque mi hermana sabía que estaba la otra banda en la calle a esa hora, y hace tiempo tienen problemas con la familia. Lo empezaron a correr y a pocos metros de llegar a casa, un chico se cruzó y le disparó en la cara”, dialogó su mamá ante el medio local Los Andes. También contaron que Naranjo se desvaneció en el lugar y que tuvo una muerte inmediata.
“No alcanzamos a salir que ya escuchamos el primer disparo”, reveló la madre, que salió a buscarlo junto con su hermana luego de que su hijo haya ido a comprar una gaseosa a unas cuadras de la casa. “Correr es un decir, esos mismos chicos ya le habían dado un balazo en su rodilla un mes antes, no podía correr”.
La tía, por su parte, reveló detalles del tenso cruce que culminó con la muerte del joven: “Cuando mi sobrino se desvaneció, con mi hermana nos agachamos e intentamos levantarlo. Pero nos dimos cuenta de que había fallecido en el acto”, contó Gema Naranjo, tía del asesinado.
“Ya ha pasado más de un mes y no hay nadie detenido. Amenazaron a los testigos para que no vayan a declarar nada”. También sumó a las declaraciones que la familia recibía tanto amenazas como burlas por el asesinato de su hijo.
