
Un 29 de mayo de 1876, nació el folclorista, músico, recopilador y compositor Andrés Chazarreta (1876-1960), fue también empresario. En 1895 se graduó de maestro normal y ejerció la docencia de niños y adultos hasta 1906, llegando a ser inspector de escuelas en 1905. También fue maestro y ocupó cargos directivos en escuelas militares. y llegó a ocupar las más altas jerarquías en la docencia.
Su genio musical lo llevó a iniciarse en el estudio de teoría y solfeo, y en forma autodidacta aprendió guitarra, mandolín y piano. En sus frecuentes giras escolares por la campaña, se consustanció con la música autóctona que interpretaban los instrumentos nativos. Cautivado por ellos se sintió comprometido a realizar una obra ordenada, preservando este valioso acervo popular. Su primera obra la dio a conocer en el teatro Cervantes el 22 de agosto de 1906, con su versión de la Zamba de Vargas, la primera de su recopilación.
El nombre de Andrés Chazarreta está fuertemente ligado a la música folclórica argentina como intérprete, cultor, recopilador, autor continuo difusor del sentir santiagueño, norteño y argentino.
Realizó una notable labor de compositor y recopilador.
Falleció el 24 de abril de 1960.
Escribió aproximadamente 480 obras, entre las de creación propia y las recopiladas. Publicó once álbumes de música y, como artista, grabó discos durante varias décadas.
Homero Manzi, dijo de él
Homero Manzi, entre tantos autores, se refirió a la trascendente obra de este autor, en la fiesta titulada “Tarde santiagueña” realizada el 13 de agosto de 1940, en estos términos: “...los más apartados rincones de Santiago atrajeron su curiosidad. Las fiestas de Manogasta, los bailes de Figueroa, las trincheras carnavalescas de Añatuya, los bautizos de los arrabales, los velorios de los ranchos con su maravillosa letanía urdida en quejumbre por las voces ríspidas de las rezadoras y los coros paganos de la novena. Pero no fue solamente la fiesta de los hombres, que inspiró su acervo. Fue también la música del paisaje y la voz de los vientos y el enorme silencio de la noche y las canciones de la selva, ancha y misteriosa jaula, donde nutrió la raíz de su arte... Arador del norte, sabe pelear contra la tierra dura y clava hondo su reja para que los pájaros dañinos no le roben semillas y para encontrar en el fondo de la tierra porteña la humedad escondida que lo ayude a germinar la chacra”.
“Folklore Santiagueño” de Luis Alen Lascano y Ricardo DinoTaralli
DESDE PEQUEÑO…
Huérfano de madre a los cuatro años, se crió junto con su abuela y a sus hermanos. De niño tocaba la armónica y el acordeón. Ya adolescente, sus hermanos le enseñaron rudimentos de guitarra con los que aprendió a rasguear zambas, chacareras, escondidos, vidalas y gatos. En 1902 comenzó estudios de teoría y solfeo y técnica guitarrística, lo que le llevó a interesarse por un tiempo en música académica europea entonces en boga. Como integrante de una pequeña orquesta, conoció la ejecución de danzas como valses, mazurcas, schotis, lanceros, serenatas y otras que se bailaban entonces en los salones aristocráticos. En 1960 interpretó públicamente la Zamba de Vargas, un tema tradicional que había transcripto y arreglado para guitarra y que hizo editar en Buenos Aires en 1908 por la Casa Medina, firmándolo como propio. Influido por la literatura tradicionalista y por las representaciones gauchescas de los circos criollos, formó un elenco con bailarines y músicos santiagueños aficcionados para poner en escena las danzas y canciones tradicionales de la época. En julio de 1911 debutó en teatro Pasatiempo del Águila, obteniendo un clamoroso éxito, a pesar de la oposición oficial y de ciertas aristocracias locales, que veían en estas representaciones un resabio del pasado “bárbaro”. Poco después repitió la presentación en Tucumán, donde se renovó el rechazo oficial y la aprobación popular. La compañía dio otros espectáculos en diversos puntos de las provincias del noroeste. Mientras tanto, Chazarreta continuaba con su labor docente y su tarea de recopilación y transcripción de las obras de las cuales iba tomando conocimiento. En 1918 viajó a Buenos Aires con el fin de interesar a literatos y empresarios en la presentación de su compañía, pero no tuvo eco. En 1920 se asoció con el empresario teatral Juan Mauri. Este —quién más tarde se casaría con la cantante de la orquesta, Patrocinio Díaz— obtuvo entonces el porteño Teatro Politeama. La compañía debutó a allí en marzo de 1921,(una verdadera embajada artística de danzas y canciones de su provincia) y permaneció en cartel por más de un mes a razón de 2 funciones diarias. Este éxito posibilitó la realización de giras por ciudades como La Plata, Rosario, Paraná, Córdoba y Montevideo. Desde entonces y hasta 1939, ya fuera con su compañía o con sus grupos de niños, Chazarreta retornaría año por medio a la Capital. Fundó allí en 1941 la Academia de Danzas Nativas y en 1942 la Orquesta de Arte Nativo. En 1937 y 1943 encabezó audiciones en las radios Nacional, Belgrano, El Mundo y Stensor. Desde 1929 hasta 1959 grabó innumerables discos para la RCA Víctor en solos, dúo, tríos, cuartetos o con la orquesta, que llegó a tener veinte integrantes.
Obra editada: En Santiago del Estero: álbum musical santiagueño de piezas criollas coleccionadas para piano, publicado en homenaje al Centenario de la Independencia Argentina, 1916; En Buenos Aires: Segundo álbum musical santiagueño de tonadas y bailes criollos para canto y piano, en 1920; tercer álbum musical de tonadas y bailes criollos para canto y piano, 1923; Cuárto álbum para piano y canto, 1927; quinto álbum de Música nativa, 1934; sexto álbum de Música Nativa, 1935; séptimo álbum de Música Nativa, 1940.
Emilio Pedro Portorrico “Diccionario Biográfico de la Música Popular de Raíz Folklórica”.