
Más de una vez habrás reaccionado con un “no me toques” para proteger tus uñas recién pintadas; y si bien parece algo sin sentido, pero sólo nosotras sabemos de lo sagrado que son esos minutos en los que debe secarse el esmalte, pues no podemos realizar ninguna actividad hasta que este proceso no se complete.
Si estamos muy apresuradas ese tiempo nos resulta más extenso y buscamos alternativas para acelerarlo, ya sea tratando de secarlos frente al ventilador, soplando o revoloteando las manos. Desde ahora, podrás utilizar otros recursos que pueden resultar más eficientes y que no debes dejar de probarlos.
Aceite de oliva: Además de ser uno de los mejores ingredientes para fortalecer las uñas débiles, el aceite de oliva es un buen aliado para lograr un secado rápido.
Tras usar la pintura sobre las uñas, deja que pasen unos minutos y aplícales una capa de barniz transparente. Luego, de forma casi inmediata, úntalas con una gota de aceite de oliva. Distribuye el producto con un pincel y déjalo unos segundos.
Aplica capas delgadas de esmalte: Uno de los errores que suelen cometerse al pintar y decorar las uñas es aplicar capas gruesas de esmalte pensando que así ahorrarán tiempo. Lo cierto es que este método tarda más en secar y, por si fuera poco, se arruina más fácil tras entrar en contacto con otras sustancias o superficies. Para que esto no te ocurra nunca más, recuerda que es preferible aplicar dos capas finas de esmalte.
Secador del cabello: En los salones de estética profesional tienen unos secadores de uñas que se utilizan para dejar la manicura perfecta. Como es probable que nos cueste mucho adquirir uno, lo podemos remplazar con la secadora para el cabello. Separa las uñas a unos 20 centímetros del artefacto, ajústalo en la temperatura más baja y pásalo unos segundos sobre estas.
Aerosoles: Aunque por cuestiones ambientales no son tan recomendados, los aerosoles secantes para las uñas funcionan a la perfección. Estos se consiguen en los centros de belleza, o perfumerías.
Tras aplicar la pintura, rocía una pequeña cantidad de aerosol y espesa unos dos minutos. Si quieres ser un poco más amable con el entorno, opta por los aerosoles de aceite de cocina.
Agua helada
Por si no lo tenías presente, los esmaltes de uñas secan mucho más rápido cuando se exponen a bajas temperaturas tras ser aplicados. El agua helada o con cubos de hielo es una solución muy interesante. Vierte algunos cubos de hielo en un recipiente con agua y, tras terminar la pintura, espera unos segundos y sumerge las manos. Separa bien los dedos para que las uñas no se toquen entre sí. Déjalas 3 minutos y retíralas. Para terminar, permite que se sequen al aire libre.
Congelador: Si no quieres malgastar tus cubos de hielo, puedes optar por introducir las manos de forma directa en el congelador.
Esmaltes de secado rápido: aquellos que cuentan con esta propiedades, son los más recomendados.