Tinder es una aplicación que permite a los usuarios comunicarse con otras personas con base en sus preferencias para charlar y concretar citas o encuentros. Algunos lo consideran más una opción para "piratear" y no lo ven muy bien. Un salteño vivió una historia muy particular con esta app.
Todo quedó expuesto a través de un mensaje que publicó en sus redes sociales.
De un día para el otro notó una extraña actitud en su novia y comenzó a investigar. Así notó que la joven pasaba tiempo revisando perfiles de otros muchachos, quién sabe con qué intención.
Lejos de mostrarse molesto con su amada, hizo de cuenta como que nada había pasado. Descargó la aplicación en su celular y se creó un perfil falso. La buscó y le dio "like". Claro, no sin antes poner una foto que sabía que a la joven le atraería.
Al día siguiente hicieron "match" y chatearon. Él le hizo creer que vivía en pleno centro y ella accedió a tener una cita.
Él muchacho la esperó en la plaza Belgrano. Cuando ella llegó no podía creerlo.
"No quiero saber nada más de vos, pensé que eras una buena chica", le dijo frente a todos.
