— La conocemos desde hace mucho tiempo como profesora de literatura y en escasas oportunidades hemos tenido la posibilidad de leer sus trabajos. ¿Qué la llevó a romper una norma en su vida y participar en un concurso literario?
— Es verdad, a pocas personas muestro lo que escribo. Es algo inherente a mi persona y mis convicciones. En determinadas circunstancias hubo gente (a la que agradezco) que sin preguntarme decidió publicar algunos textos, porque los consideraron valiosos. Me presenté por una actitud lúdica, supuse que en un medio, donde hay tantos escritores, no tendría posibilidades de ser seleccionada y además por curiosidad para verificar si estaban, en lo cierto los que me hacían llegar sus palabras de estímulo .
— ¿Por qué esa actitud negativa ante su obra y depender de la palabra de otros?
— En esta oportunidad fue algo que surgió en las últimas horas del concurso. Tampoco esperaba ningún premio, pues desconocía quiénes formaban el jurado. A pesar de haber integrado jurados en este tipo de concursos, puedo asegurar que como concursante soy una principiante.
— Esa tendencia a no publicar, no difundir tiene relación con alguna inclinación hacia la muerte. Parecería que en su actitud hay una sensación de pesimismo sobre el futuro. En cuestiones de sensaciones, ¿usted desea seguir viviendo o prefiere morirse ahora?
— No le tengo miedo a la muerte, puede llegar en cualquier momento, ese es un tema que atraviesa toda la literatura, porque es inherente a los seres vivos. Sólo nos queda una mínima porción de cómo enfrentarlo. Tal vez la escritura sea una manera de construir un mundo particular.
— ¿Considera que las cosas se deben vivir por el lado de las sensaciones? Puede sentir la suavidad del terciopelo en su mano y una brisa marina en el rostro o lo táctil pasa inadvertido en su vida?
— No me permitiría elegir qué sentido es predominante, porque ellos construyen nuestra experiencia de vida. Disfruto tanto de la comida como de una ciudad con edificios antiguos, con parques y jardines. La buena música, el movimiento, la brisa y el sol.
— Ya que consiguió aunar gusto y profesión… ¿Qué entiende por literatura?
— Creo que la Literatura es el arte que se elabora con palabras, pero no cualquier texto elaborado con palabras es Literatura. Me gusta repetir el concepto del crítico y escritor Vladimir Nabokov: “Para entender la Literatura solamente hay que leer diez libros de los grandes maestros”. Primero hay que formarse como lector y luego surge la necesidad de la escritura. Es mi opinión.
— A usted, ¿qué libros le dejaron una huella inolvidable para volverlos a leer? Cuando lee a un autor famoso ¿se burla de él?
— Autor famoso no implica que sea un buen escritor. Si hablamos de Literatura como muchas personas, tengo mi lista de los diez mejores cuentos y las diez mejores novelas preferidas, pero va cambiando según transcurre la vida. Podría mencionar algunos escritores como Fernando del Paso, Pessoa, Kavafis, W. Faulkner, E. Heminway, James Joyce, R. Walsh, A. Machado y algunos más por qué no Salinger, V. Woolf, LStrachey H. Michaux. Los respeto mucho, los admiro más, me entusiasma hablar de ellos. ¿Si me burlo? No. Jamás. Porque su esfuerzo, si es un maestro en su arte, me produce placer, me divierte, me río, me emociona, lo envidio hasta decir ¡¡¡cómo fue capaz de escribir esto!!! Expresan con tanta belleza lo que yo también siento o me hacen sentir lo bello.
SINFÓNICAS I
Una nota grave estalla
se multiplica en infinitos
sonidos agudos.
La melodía traviesa
acompaña el movimiento
de las olas,
el trino de los pájaros
el oleaje del mar.
El golpe del agua
contra las rocas, intenso
y rítmico balanceo
del inquieto océano.
Lenta la oscura noche no calma.
Feroz cada vez más
fuerte el ruido
de la marea contra las piedras
sufrientes de exceso
de mar embravecido.
A lo lejos graznidos iracundos.
Pájaros insomnes
lastiman sus alas contra las aristas,
de muros brillantes
en esta noche
de angustia.
El barco navega
con ritmo parejo
hacia el mar abierto.
A babor y estribor
se mece sosegado.
Después más intenso
el embate
sacude la nave al compás
del contrapunto sonoro.
Adentro solo.
El silencio tenso.
El navegante atisba
luces sobre la proa
cual estrellas lejanas.
Semejante al barco
navega el hombre
en movimiento incesante.
Ansía como la nave
acompañar los acordes
del mar.
Soslaya el choque
contra las rocas del vivir,
adapta tus acordes
como los vientos
al mar.
Sin desafinar
únete acompasado
a este mundo,
le susurran
los sonidos marinos
en esta noche
sin sueños.
SERPENS
Oculta su intención
en el hiératico gesto
como la imagen de Quetzacoal,
la boca abierta
la cabeza erguida
el cuerpo en reposo
alerta los ojos de aguda fiereza
en el silencio de la selva.
La víctima inquieta
mueve su cabeza nerviosa
cada una busca su alimento
y su destino acecha.
La serpiente atenta se prepara,
levanta la cola y como un latigazo
su cuerpo se arrastra y frena
se retuerce, ávida abre la boca
con fuerza hunde los colmillos
sobre el cuello de su presa.
Luego serena
adopta la escultórica postura
del dios que emerge
en la pétrea pared
de la milenaria pirámide.